Medicina biológica, opción para enfermedades autoinmunes
La medicina biológica mexicana es una nueva alternativa que no choca con la medicina alópata y que permite abordar diferentes tipos de enfermedades, como las autoinmunes, las crónico degenerativas y diversos padecimientos neurológicos.
Se da tratamiento inclusive a personas con cáncer, el cual se aborda con un enfoque menos agresivo y con resultados muy favorables, aseguró el desarrollador del modelo terapéutico, el biólogo Mario Alberto Valdez Marroquín.
Explicó que este concepto surgió de la combinación de cuatro ejes: la medicina herbolaria tradicional, el uso de nuevos conceptos de biotecnología aplicados a la salud, la nutrición aminoacídica y la alimentación.
Con esta amalgama se logró crear una medicina muy eficiente con la que se ha logrado, entre otras cosas, detener cánceres que para la medicina alópata son intratables, por lo que deshaucian a los pacientes.
Esta alternativa, aseguró Valdez Marroquín, le podría brindar en un futuro, sustentabilidad en el manejo de las enfermedades al sector salud nacional, que depende en un alto porcentaje de las farmacéuticas internacionales.
Pero dejó en claro que esta medicina no se contrapone con los fármacos actuales, sino por el contrario, pueden trabajar de forma combinada y potenciar los resultados en pacientes con poco progreso o incluso con pocas esperanzas de curación.
“Nosotros trabajamos con enfermedades autoinmunes con un grado de eficiencia de casi un 96 por ciento; también otros padecimientos muy comunes que tratamos son las diabetes, la artritis o la insuficiencia renal.
“Entre las autoinmunes están el síndrome de Devic, el síndrome de Guillain-Barré, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, espondilitis anquilosante, pénfigo vulgar y algunas otras enfermedades que ni nombre tienen”, explicó.
Además, indicó, han obtenido resultados satisfactorios con esta alternativa médica en niños con microcefalia, con autismo, con síndrome Down, con pacientes psiquiátricos y en ataques epilépticos.
Para obtener estos logros, explicó, esta medicina tiene cuatro bases principales, el trasplante de células autólogas (TCA), la nutrición aminoacídica, la herbolaria, y el cuidado alimentario específico para cada paciente.
En cuanto a los TCA, comentó, les permite trabajar con el sistema inmunitario usando las células del propio paciente para con ello provocar una reacción inmunológica que les permita tratar, por ejemplo, el cáncer.
Esta herramienta poco invasiva, dijo, genera también factores de regeneración de tejidos ulcerados, músculos, y problemas articulares, incrementando el número de macrófagos de un 5 a un 20 por ciento con lo que sube la eficiencia de limpieza en todo el organismo.
En lo referente a la nutrición aminoacídica precisó que obtienen aminoácidos puros que se encuentran dentro de las células y que son parte de la conformación de las proteínas, y que usan aminoácidos específicos de cada órgano, con lo que logran sintetizar más rápido las proteínas para la regeneración celular.
“Nuestro trabajo está relacionado con las células y nos permite regenerar neuronas, tejido cardiaco, renal, hepático, hemático, en fin todos los tejidos que están dentro del cuerpo”, indicó.
Para hacer más eficiente el proceso de sanación del paciente, Valdez Marroquín puso especial énfasis en el uso de la herbolaria, de la cual, subrayó, México es uno de los países con más utilización de conocimientos herbolarios y etnobotánicos en el mundo.
“Tenemos extractos de plantas que tienen más de tres mil años de estarse utilizando y siguen siendo eficientes, por ejemplo, las hojas de olivo”, comentó.
En tanto que la alimentación la ubicó como la cuarta pieza clave que le da forma a esta alternativa y esperanza a los enfermos.
“Resulta que en el manejo del cáncer si nosotros utilizamos un control de dieta podemos tener resultados más satisfactorios, entonces la finalidad es crear un modelo de medicina integral que nos permita abordar los problemas desde diferentes ángulos para poder resolverlos de una forma más rápida”, puntualizó.