Campazzo da la victoria al Madrid en el último minuto
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El Madrid se puso 14 arriba (49-35) nada más arrancar la segunda parte. Había completado unos magníficos primeros 22 minutos, en los que cerraba su zona, abrumaba en el rebote defensivo y sacaba del duelo a Calathes. Incluso Prepelic daba un buen relevo como base, aunque eran Taylor (13 puntos ya entonces) y luego Causeur (12 en ocho minutos) los que habían colocado un raíl hasta el aro griego. "No nos rendimos", se escuchaba en un tiempo muerto del Panathinaikos. Y no lo hicieron, se agarraron a un arma inopinada para ellos, el triple, que les sacó a flote (6 de 11 se llegó a leer en la estadística). Incluso así, la buena defensa blanca parecía tenerlo todo bajo control, una sensación que no casó con la realidad.
Carroll abrió el último acto con un triple (61-52) y de la plena confianza se pasó al derrumbe: Prepelic, Carroll, Deck y Reyes mezclaron mal en ese tramo, mientras que Calathes se veía más cómodo frente a Jaycee que antes con Taylor o Campazzo. El mejor pasador de la Euroliga se sentía retado, incluso en entredicho, y respondió con un coletazo majestuoso de carácter y talento. Llevaba un -5 de valoración (1 de 11 en el tiro) en una noche negra y en seis minutos añadió 12 tantos, incluidos dos triples, y 15 créditos, que lo dinamitaban todo. Solo cuatro minutos para la bocina y el PAO mandaba por 6 (parcial de 5-20). No era la desventaja, que también, sino lo que se respiraba en el parqué: el Madrid parecía extraviado, carente de referentes ofensivos, dando vueltas en círculo sin hallarse, sin un ángel rescatador. Lo atestiguan sus cuatro minutos a cero.
La defensa de Campazzo
Así que optó por asirse al único referente que nunca falla, la defensa, el que le había puesto en órbita poco antes. Y abrazado a ese pilar encontró de nuevo el camino. Los de Pitino ya no volverían a encestar. Un triple de Rudy reducía la brecha a tres (69-72) y, después de intercambiar errores, Campazzo embocaba dos tiros libres. A uno a las puertas ya del último minuto. Carroll añadía otros dos aciertos desde la personal (la falta fue sobre Rudy, pero un golpe en el ojo forzó el cambio).
Y luego asistimos a una obra de arte: la defensa de Campazzo a Langford que vale una victoria, y no una cualquiera, sino el 1-0 de un playoff que es antesala de la Final Four. Amarró el propio Facu desde la línea tras sacarle la cuarta a Calathes, al que volvió a desquiciar. Y con 75-72 Thomas falló el triple para forzar la prórroga, Langford agarró el rebote y Tavares taponó el triunfo en las nubes. A 75 puntos o menos, como hace tres semanas en Atenas, cada duelo va a resultar desgarrador. El primero ya es historia y tuvo final feliz. Lo celebró el Madrid, su afición y Luka Doncic, corazón blanco y de vuelta por sorpresa. Su presencia resultó energética para la grada, como hace un año en el regreso de Llull en el mismo escenario. Mezcla de orgullo, emoción y alegría al ver al Niño otra vez en casa.