El ex director de los Mossos que plantó a Forn se sintió "incómodo" ante posibles "presiones"
El ex director de los Mossos Albert Batlle, que dimitió de su cargo el 17 de julio de 2017, tres días después del nombramiento de Joaquim Forn como nuevo conseller de Interior, ha admitido hoy que dio ese paso por la "incomodidad" que sintió ante el "cariz" que iban tomando los acontecimientos en la recta final del proceso soberanista y debido al temor por "las presiones que podía recibir" en su calidad de responsable de la Policía autonómica. Eso sí, en su declaración como testigo en el juicio del "procés", Batlle ha defendido la actuación de los Mossos. "No tenía ninguna duda de su comportamiento", ha recalcado. Su sucesor en el cargo, Pere Soler, se sentará en el banquillo de la Audiencia Nacional en los próximos meses acusado de rebelión, delito por el que la Fiscalía pide una condena de once años de prisión para él, la misma que para el mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero.
El ex mando policial presentó su dimisión a Forn -que se enfrenta a una condena a 16 años de cárcel por rebelión y malversación- en una reunión meteórica "de menos de un minuto" acompañada de una carta de renuncia que terminaba de forma nada equívoca, mostrando su convencimiento de que los Mossos "en el periodo que se avecinaba seguirían cumpliendo la ley vigente" y actuando a las órdenes de jueces y fiscales como Policia Judicial.
Como hicieron en la sesión anterior los consellers que huyeron del Govern de Carles Puigdemont ante la evidencia de que la vía unilateral acabaría imponiéndose por la negativa del Gobierno de Rajoy a pactar un referéndum independentista, Batlle ha intentado diluir ese detonante de su renuncia en "motivos diversos" de índole "política, personal, profesional y familiar" y al hecho de que el nuevo conseller tenía "pleno derecho" a conformar su equipo. Pero ha terminado reconociendo que se sentía "incómodo por cómo podían evolucionar las cosas". "No solo por el nombramiento de Joaquim Forn, con quien había tenido una relación muy estrecha en el Ayuntamiento de Barcelona -ha precisado-. Pero había notado una cierta incomodidad de los grupos parlamentarios que apoyaban al Govern respecto a mi persona". La CUP, ha recordado, "había pedido mi dimisión en diversas ocasiones". Una incomodidad, ha añadido, de la que hizo partícipe al antecesor de Forn al frente de Interior, Jordi Jané (quien también dimitió en las mismas fechas). "No solo lo comuniqué, sino que en muchas ocasiones lo compartí con él", ha precisado.
Preguntado sobre si advirtió al Govern de la ilegalidad del 1-O, el ex director de los Mossos -que se ha atribuido la propuesta del nombramiento de Trapero- se ha limitado a asegurar que manifestó su opinión al conseller de Interior. "Siempre dije que los Mossos se debían al cumplimiento de la ley y a preservar la seguridad ciudadana". Porque él no tenía dudas, "como así ha sido", de que "seguirían cumpliendo la ley".
A preguntas del abogado de Forn, Javier Melero, el testigo ha explicado que las concentraciones convocadas por ANC y Òmnium Cultural hasta el momento de su marcha solo plantearon para los Mossos una "complejidad logística importante" pero desde el punto de vista del orden público "nunca causaron el más mínimo problema".