![](https://www.abc.es/media/play/2019/04/24/Clipboard-k3EF--620x349@abc.jpg)
First dates
El programa de citas conducido por Carlos Sobera, «First Dates», celebra esta semana su tercer aniversario. Una de las primeras en llegar este miércoles fue Natalie, una agente inmobiliaria sueca de 30 años que lleva ya 17 viviendo en España: «Si vuelvo a Suecia es para renovar el pasaporte, porque me gusta España. Eso sí, los mejores hombres son los latinos, muy espontáneos y activos». A Sobera le reconoció que «para mí importa ante todo el sexo. Luego vienen el cariño, el diálogo, la comunicación...». Le contó también al presentador que quiere a un hombre al que «le guste que yo haga todo en la casa: limpiar, fregar, cocinar, atenderle sexualmente...No soporto ver a mi chico haciendo cosas en casa».
Su pareja iba a ser Jesús, un coctelero madrileño de 36 años que trabaja seis meses en Ibiza y dedica los otros seis a viajar por el mundo. Él quedó muy satisfecho al ver a Natalie: «Me suelen gustar más las morenas, pero no pasa nada porque sea rubio. Esta chica es un bombón». También Natalie confirmó que había «atracción, pero ahora me tiene que llenar. No todo es a primera vista».
En cuanto se sentaron a la mesa se hicieron las preguntas de rigor y pronto pasaron a hablar sobre su pasión común: los viajes. Jesús ha estado en infinidad de sitios y reconoció que para él era importante estar con una mujer viajera, un requisito que Natalie cumplía. Luego charlaron sobre sus experiencias amorosas y cómo les gustaban los hombres o las mujeres. «¿Y te gustan mis pechos?», preguntó ella mostrándole el escote. Jesús no pudo sino reírse y asentir con la cabeza.
Pero poco después salió el tema de los celos, y Natalie reconoció que ella era celosa. «La veo de mente latina, muy celosa, y eso no me gusta nada», dijo él en el confesionario. Acto seguida ella le contó que le encantaba «complacer a un hombre, en casa y en el sexo». «No me digas eso, que me caso contigo», bromeó Jesús. Pese al buen rollo que hubo durante la cena, ninguno de los dos quiso tener una segunda cita.
Para encontrar el amor después de su separación apareció Eugen, comercial madrileño de 45 años. «Sé que me parezco a Mister Bean y me gustaría ser como él porque me gusta mucho el humor», dijo en la presentación. «Si estoy aquí es porque no me ha ido muy bien en el amor», le contó a la camarera, «pasados los 40 no es fácil encontrar el amor. Te sientes como fuera de lugar y cuesta rehacer tu vida». Eugen buscaba una chica «divertida, a la que le guste hablar y con la que tener una relación normal y compartir cosas».
Su pareja sería Adela, una limpiadora de 39 años que vive en Parla. «Yo me separé de mi marido cuando mi hija tenía un año y ahora tiene 8. Desde la separación me dediqué solamente a mi hija». Pronto le llegó a Adela la decepción: «A primera vista no me ha gustado su cara». Luego se enteró de la edad de Eugen y comentó que «45 es buena edad, pero aparenta más». Lo que acabó de ponerle la puntilla a la cita antes de que empezase fue enterarse de que él tenía un hijo: «Prefiero a alguien sin hijos, que con la mía tengo bastante».
La conversación la fue guiando él, y se notaba que Adela no tenía muchas ganas de hablar. Empezó diciéndole que se dedicaba únicamente a su hija, como queriendo hacerle entender que no tenía tiempo para una relación. «He puesto el mínimo interés en él», confesó ella, que también reconoció que «solo quería que me quitasen los platos para acabar la cena cuanto antes».
Pese a todo, él seguía intentado conquistarla. «Me pareció buen chico, pero me sentía incómodo», dijo en el confesionario. Eugen le contó que buscaba una pareja estable y le preguntó si ella quería lo mismo. «No quiero eso ahora», le respondió ella, «busco una gran amistad, porque tengo poco tiempo libre y prefiero deidcárselo a mis amigas». Poco después, en un aparte, confesaba que «sí que busco a una pareja estable, pero es que él no me ha gustado. La cena se me ha hecho eterna y no me ido por educación». A la hora del desenlace, ella le reconoció que «sí que estoy buscando pareja, pero tú no me has gustado».