Playas de arena y plásticos
Pajitas, cubiertos y vasos de plástico estarán prohibidos a partir de 2021 en España. Su fabricación se suprimirá en la Unión Europea y paliará en cierta medida el problema que suponen esos residuos para el medio ambiente. Precisamente los plásticos, sea en forma de botella, platos o tapones son el principal problema en la costa andaluza. Playas en las que una simple revisión ocular permite encontrar entre la arena trozos de plásticos, colillas de cigarros o productos higiénicos que se concentran especialmente en primavera. Es el rastro que dejan las personas tras disfrutar de una jornada playera, palpable en todos los rincones, como evidencia el Programa de seguimiento de basuras marinas en playas del Ministerio para la Transición Ecológica. En total, en Andalucía se analizan seis playas, una en Huelva, Granada, Almería y Málaga y dos en Cádiz. La más sucia de esas seis se sitúa en Balerma (Almería) y la más limpia es la playa de Castilla (Huelva), aunque el informe aclara que solo se alude a la basura encontrada, pero los resultados no son indicadores de la calidad ambiental, estética o de sus condiciones higiénico-sanitarias.
La playa de Castilla, en Huelva, acumuló numerosos residuos plásticos, principalmente en invierno, cuando se recogieron casi setecientos objetos: garrafas, botellas y restos de cuerdas fueron los más numerosos. En la arena de Castilnovo, en Conil de la Frontera (Cádiz), se hallaron casi ochocientos objetos. El abanico de residuos va desde botellas y tarros de cristal a envases de comida y hasta compresas. La recogida para su posterior análisis se realiza en una franja de un kilómetro de longitud y cien metros de ancho, ocupando así una amplia superficie.
En Valdevaqueros (Cádiz) se limpiaron 142 objetos de un tamaño superior a medio metro, con una gran cantidad de restos de madera retirados. De nuevo los plásticos copan la mayoría de residuos encontrados por los equipos de limpieza. En Málaga se rastreó la playa de Bajamar. En los cuatro días en los que se realizó el análisis, uno por cada estación, se retiraron más de doscientos objetos. De las zonas estudiadas, donde los visitantes son menos cuidadosos es en Balerma (Almería): más de cinco mil objetos de plástico ensuciaban la arena. Tirados se encontraron un centenar de tubos de riego y restos de la actividad agrícola como telas de invernadero. En Carchuna (Granada), la basura plástica es la más significativa también, pero el catálogo de residuos ocupa desechos de pesca como anzuelos y sedales, además de un reguero de bolsas de envoltorios de comida.
«En todos los muestreos se ha demostrado que la mayorái de residuos son plásticos. La conciencia de la sociedad va en aumento, pero queda mucho por hacer tanto desde la ciudadanía como desde la Administración y la industria», asegura Juan Pablo Pérez, biólogo y responsable del proyecto LitterDrone, un software capaz de identificar desechos a través de cámaras de alta precisión situadas en drones, que ha sido financiado por la Unión Europea, y promueve la Asociación Española de Basuras Marinas. Su objetivo es acabar con la contaminación en la costa.
Sobre la situación de las playas, este experto cree que «no depende tanto que estén mejor o peor, si no de su ubicación. Cualquiera que se sitúe cerca de un punto de vertido o una depuradora municipal va a encontrarse siempre en peores condiciones –explica–. En las zonas urbanas tienen más influjo de basura, pero aunque te vayas a una playa salvaje lejos de la población vas a encontrar basura porque te la trae el mar».
La costa, lista para el baño
Las aguas de las playas andaluzas están en buen estado para que los ciudadanos disfruten de ellas. Un informe elaborado antes de Semana Santa por la Consejería de Salud y Familias sobre 358 puntos costeros de la comunidad autónoma concluyó que «todas las playas andaluzas se encuentran en condiciones higiénico sanitarias óptimas para su disfrute». Andalucía dispone de 581 kilómetros de playas con 263 zonas de baño (Almería 76, Cádiz 55, Granada 29, Huelva 19 y Málaga 84). El informe ha constatado que «existen algunos casos de presencia de residuos plásticos, de algas en descomposición y de sustancias tensoactivas (espumas), que se encuentran en parámetros que no son preocupantes y que en ningún caso comprometen el baño».
La Asociación Española de Basura Marina (Aebam) nació en 2015 con el fin de prevenir y reducir la cantidad y el impacto de los desechos que llegan al medio ambiente marino y recientemente ha celebrado en Sevilla el Foro Internacional sobre basuras marinas y economía circular. La basura marina supone una seria amenaza para las especies, tanto por su elevada cantidad como por su composición (mayoritariamente plásticos con unos elevados tiempos de permanencia en el medio en ocasiones superiores a 200 años, que se fragmentan en pequeñas partículas o microplásticos). La Aebam alerta de que estos residuos han sido identificadas como un problema global junto al cambio climático o la pérdida de biodiversidad.