La Guardia Civil ya puede presumir de una glorieta dedicada en la ciudad de Toledo. Un monolito con un gran tricornio, instalado con motivo del 175 aniversario del cuerpo, da la bienvenida en la rotonda de entrada a la capital de Castilla-La Mancha por la carretera de Ávila.
El jefe de la Guardia Civil en Castilla-La Mancha, Manuel Llamas; la alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, y el presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez, retiraron este mediodía la bandera de España que cubría el megalito, diseñado por un guardia civil retirado, el teniente coronel Adriano Palacios Crespo.
Luego el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, y el presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, depositaron unas coronas de flores a los pies del monolito acompañados por el general Llamas, durante el acto en recuerdo a los guardias civiles fallecidos en acto de servicio.
Durante la solemne ceremonia, celebrada en un caluroso día, se impusieron una docena de condecoraciones a guardias civiles. A pesar de la solemnidad, algún familiar o conocido de los distinguidos rompió el silencio con un «¡guapo!».
En su alocuación, el general Llamas agradeció las facilidades dadas por distintas administraciones y los medios de comunicación para dar publicidad a los actos con motivo del 175 aniversario de este instituto armado. «Sirva esta ceremonia para renovar votos y para asegurar a la gente de Castilla-La Mancha que nos afanaremos en que nos siga sintiendo a su lado», afirmó el general, quien también aludió al futuro acuartelamiento en Toledo. «De prosperar, tendrá un profundo calado», vaticinó Llamas, quien tuvo sentidas palabras de agradecimiento para el guardia civil Adriano Palacios, diseñador del monolito.
Emilio García-Page principió su intervención con un juego de palabras haciendo alusión al lema de la Guardia Civil, «el honor es mi divisa». «El honor es nuestro», dijo el presidente regional, quien aseguró que el instituto armado ha cumplido el objetivo para el que fue creado. «Es, propablemente, lo más hermoso que se puede decir», añadió García-Page, quien también se acordó de las familias de los guardias. «La Guardia Civil está a la altura de España» y «es indispensable» en el país, además de concluir que la sociedad está muy orgullosa del benemérito cuerpo.
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La Guardia Civil ya puede presumir de una glorieta dedicada en la ciudad de Toledo. Un monolito con un gran tricornio, instalado con motivo del 175 aniversario del cuerpo, da la bienvenida en la rotonda de entrada a la capital de Castilla-La Mancha por la carretera de Ávila.
El jefe de la Guardia Civil en Castilla-La Mancha, Manuel Llamas; la alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, y el presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez, retiraron este mediodía la bandera de España que cubría el megalito, diseñado por un guardia civil retirado, el teniente coronel Adriano Palacios Crespo.
Luego el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, y el presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, depositaron unas coronas de flores a los pies del monolito acompañados por el general Llamas, durante el acto en recuerdo a los guardias civiles fallecidos en acto de servicio.
Durante la solemne ceremonia, celebrada en un caluroso día, se impusieron una docena de condecoraciones a guardias civiles. A pesar de la solemnidad, algún familiar o conocido de los distinguidos rompió el silencio con un «¡guapo!».
En su alocuación, el general Llamas agradeció las facilidades dadas por distintas administraciones y los medios de comunicación para dar publicidad a los actos con motivo del 175 aniversario de este instituto armado. «Sirva esta ceremonia para renovar votos y para asegurar a la gente de Castilla-La Mancha que nos afanaremos en que nos siga sintiendo a su lado», afirmó el general, quien también aludió al futuro acuartelamiento en Toledo. «De prosperar, tendrá un profundo calado», vaticinó Llamas, quien tuvo sentidas palabras de agradecimiento para el guardia civil Adriano Palacios, diseñador del monolito.
Emilio García-Page principió su intervención con un juego de palabras haciendo alusión al lema de la Guardia Civil, «el honor es mi divisa». «El honor es nuestro», dijo el presidente regional, quien aseguró que el instituto armado ha cumplido el objetivo para el que fue creado. «Es, propablemente, lo más hermoso que se puede decir», añadió García-Page, quien también se acordó de las familias de los guardias. «La Guardia Civil está a la altura de España» y «es indispensable» en el país, además de concluir que la sociedad está muy orgullosa del benemérito cuerpo.