Cuatro años de cárcel por secuestrar a la mujer del cónsul de Mali en Barcelona
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El tribunal le condena por un delito de secuestro y un delito de robo con intimidación al considerar probado que retuvo a la mujer contra su voluntad en la oficina consular, entre las 13.30 horas y pasadas las 20.30 del 19 de marzo de 2018, para conseguir que se le expidiera un salvoconducto para viajar a su país, y que se apoderó de 200 euros de la caja del consulado.
Ese día, la esposa del cónsul le dijo que no era posible expedir el salvoconducto --tenía el pasaporte caducado-- porque al acusado, Dantouma K., le constaban antecedentes penales y un juez de Terrassa (Barcelona) había denegado la petición.
Entonces, el acusado decidió arrebatarle las llaves del consulado y el móvil y cerrar con llave, reteniéndola contra su voluntad hasta que obtuviera el salvoconducto: «De aquí no nos vamos», le dijo.
La mujer pudo enviarle un mensaje a su marido pidiéndole que fuera al consulado de forma «urgente», por lo que él, al sospechar, avisó a los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional, desplegándose un operativo que logró finalmente liberar a la mujer.
Para conseguir que abriera la puerta del consulado, ante la que había colocado muebles a modo de barricada, los negociadores --a quien les dijo que estaba «dispuesto a todo»-- prometieron que el cónsul firmaría el salvoconducto, y en ese momento le arrestaron.
La sentencia recoge que el acusado cogió unas tijeras durante el secuestro aunque no ve probado que intentara intimidar o amenazar a la víctima con ellas.
Se le fue «la olla»
En el juicio que se celebró el 11 de abril, el acusado negó haber encerrado a la mujer, haberle arrebatado el móvil y cerrar las oficinas, pero admitió: «Se me fue un poco la olla porque estaba un poco cabreado».
«Si no me hace el papel no le dejo salir», confirmó el acusado para explicar la situación, añadiendo que en ningún momento gritó o trató mal a la mujer.
Su abogada pidió su libre absolución, explicando que Dantouma K. necesitaba con urgencia ir a Mali porque su padre acababa de fallecer y su madre se encontraba en una situación precaria.
La Fiscalía pidió para él una condena de ocho años y medio de cárcel por los dos delitos, además de que le exigía devolver los 200 euros que sustrajo a la mujer del cónsul.