Viva el orden y la ley
Vamos para viejos de forma irremisible. Ayer por la mañana, ni muy temprano ni muy tarde, vagabundeaba alrededor de la Catedral de Sevilla, por mi barrio natal y de residencia, en busca de un bar en el que desayunar. El habitual ejército de turistas, benditos sean sus euros, hacía cola ante los andamios de la Giralda y en la puerta del Alcázar vigilado por un pelotón de hombres armados: el dispositivo de seguridad que debía garantizar la integridad de los Reyes en su visita al Archivo de Indias... Читать дальше...