El domingo me cogió la Gota en la autopista de Arganda, y a la hora en que los pinos carrascos de la Dehesa del Carrascal te abren el apetito como los pinos enanos del Valle de Viñales se lo abrían a Lezama Lima.
-¡Pino, Pino, Pinoooo!... -gritaba el García bicicletero de nuestra juventud.
Un relámpago y, de pronto, la noche y un huir de ranas viajeras, como la rana de Camba, de rotonda en rotonda, por charcas de barro y olas. En la vega de San Martín un torrente cruza la carretera arrastrando la piñata de un vertedero ilegal. Читать дальше...