La suerte, el azar y la violencia en el Jardín Mascarones
Con los ojos cerrados, rasco un billete instantáneo de lotería y me entrego al capricho de las probabilidades, como si con ese ritual supersticioso convocara a los dioses de la suerte y la fortuna.Estoy sentado en el comedor de mi departamento frente a una veladora, que está a punto de consumirse. Mis padres me la obsequiaron y me pidieron que la encendiera, con el fin de traer a esta casa “dinero, trabajo y salud”.En mi familia materna, esa ascendencia determinante, jugar a la lotería tiene los mismos rasgos y signos de un acto de nigromancia... Читать дальше...