Un hotel en el que la privacidad es el peaje que se cobra el propietario con cada pernocta. Huéspedes ignorantes a los que sacar más rendimiento que el económico. El periodista Gay Talese sacó a la luz, en 2016, la esperpéntica historia del dueño de un negocio de hospedaje en Denver (EE.UU.) que, durante décadas, se dedicó a espiar a sus clientes -con especial interés por sus encuentros sexuales- y a documentar sus rutinas en un diario. Dicen que la historia se repite; en este caso, mudando el escenario, de Denver a Lugo. Читать дальше...