Han pasado 18 años desde que, en 2006, se paralizó del proyecto inmobiliario de 1.300 viviendas en la Vega Baja de Toledo . Un modelo de política y técnica urbanística que al mismo tiempo alcanzaba su cenit de incivilidad en el Quiñón de Seseña. Consistía en algo muy simple: allí donde había un vacío, fuese cual fuese, se ocupaba, como fuese, en nombre del progreso, con muchos pisos, muchos coches y pocos árboles . Toledo se contagió de este urb-anismo. Ante lo que habría sido el daño irreparable al paisaje cultural de la ciudad tardoantigua... Читать дальше...