El futuro laboral de los jovenes mexicanos
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Fernando realizó al menos 20 intentos, entre envíos de currícula y entrevistas de trabajo, antes de conseguir un lugar como becario de ingeniería en una farmacéutica extranjera de la que prefiere omitir el nombre. El aún estudiante en la Facultad de Química de la UNAM dice que “debes empezar a buscar oportunidades antes de egresar, y eso nadie te lo dice”. La clave para conseguir su actual empleo fue desarrollar ciertas competencias, como un nivel avanzado de inglés y en el manejo del programa Excel, para “tener un perfil más competente frente a otros candidatos”.
Él es uno de los más de 12 millones de jóvenes de 20 a 29 años que integran la población ocupada del país, la cual suma 54.1 millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En contraparte, hay casi un millón de mexicanos en este rango de edad que no tienen un empleo. La secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS), Luisa María Alcalde, dice que 2.3 millones de jóvenes que tienen entre 18 y 25 años no estudian ni trabajan en México.
La tasa de desempleo juvenil en el país es de 7%, de acuerdo con el informe Panorama Laboral 2018 de América Latina y El Caribe, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Aunque este porcentaje es menor que el de otros países en la región, representa más del doble de la tasa de desocupación general en México, que es de 3%.
Frente a este panorama, el gobierno mexicano y las empresas se han aliado para ofrecer más opciones laborales a los millennials. Asimismo, ante el inminente surgimiento de trabajos que hoy no existen y la demanda de nuevas competencias debido a la revolución tecnológica, los sectores público y privado buscan capacitar a los jóvenes, como un complemento de su formación académica, para que en el futuro puedan integrarse al mercado laboral de manera exitosa.
Lo digital sí deja
Dos de los factores más complejos que enfrentan las empresas al momento de contratar a sus trabajadores son la falta de profesionistas calificados y de especialización en el mercado. Estos son los problemas más importantes para casi la mitad de las compañías consultadas en el informe Reporte Laboral México 2019, publicado por la firma de personal Hays.
A esto se suma, la necesidad de que los jóvenes trabajadores tengan las herramientas necesarias para desempeñarse en las nuevas profesiones derivadas de la digitalización, como analista de datos, e-commerce manager y hasta desarrollador de videojuegos. De hecho, “los profesionistas con habilidades y conocimientos digitales pueden aspirar a obtener salarios entre 20 y 25% más altos”, dijo Miguel Alegre, director del Instituto Superior de Desarrollo de Internet (ISDI) en México.
“A pesar de que algunos puestos de trabajo posiblemente desaparezcan por la ola tecnológica, en especial los más rutinarios, también hay un área de oportunidad importante para crear 133 millones de nuevos empleos relacionados con la producción digital en 2022”, añadió el directivo del ISDI.
Sin embargo, “la preparación de los jóvenes no responde a esta nueva realidad, ya que 54% de las empresas tiene problemas para encontrar perfiles con las habilidades y competencias adecuadas”, dijo Alejandro Encinas, coordinador de asesores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), durante el IV Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico organizado por Nestlé.
La formación académica de los egresados se está quedando obsoleta: “el Instituto Politécnico Nacional estima que, por la velocidad con que están avanzando la ciencia y la tecnología, 75% de las profesiones no se han creado y 3 de cada 4 carreras se quedarían desfasadas en cuestión de años”, comentó Miguel Alegre.
Derecho al aprendizaje
Por su parte, las empresas “deben aumentar su inversión en la capacitación y el entrenamiento de su capital humano en idiomas y nuevas tecnologías, así como desarrollar estrategias de retención de talento que incluyan planes de proyección de carrera en el futuro”, detalla el informe de Hays.
La Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la OIT propone un programa centrado en las personas. En su informe Trabajar para un futuro más prometedor, el organismo plantea el derecho al aprendizaje permanente de los individuos, el cual “combina competencias básicas, sociales y cognitivas (como el aprendizaje para aprender), al igual que las competencias necesarias para trabajos, ocupaciones o sectores específicos”.
México avanza hacia este objetivo: durante el último año, 5 de cada 10 trabajadores en el país recibieron algún curso de capacitación en sus empresas con el objetivo de mejorar sus habilidades, según datos de la encuestadora De las Heras Demotecnia. Asimismo, 83% de los encuestados indicó que la empresa donde laboran les ofreció esa capacitación y 32% dijo que el principal beneficio fue un aumento en la productividad.
El gobierno se suma
En el mundo hay 190 millones de personas sin trabajo, de las cuales, más de la tercera parte (64.8 millones) son jóvenes, de acuerdo con la OIT. En México, la cifra llega a 1.8 millones de personas desocupadas que están en busca de un empleo. Los mexicanos de entre 15 y 29 años representan más de la mitad de los desempleados.
Para contrarrestar esta situación, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador creó los programas Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida. El primero busca incorporar al sector formal a los 2.3 millones de mexicanos que actualmente no estudian ni trabajan. Hasta hoy llego a 679,200 jóvenes, según la STPS, y el objetivo es alcanzar el millón de aprendices a finales de 2019. Por su parte, Sembrando Vida beneficio a 200,000 trabajadores del campo.
A pesar de estas incorporaciones al mercado laboral, el número de empleos formales registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se contrajo 88% en mayo de este año, frente al mismo mes de 2018, y tuvo una caída de casi 21% en los primeros cinco meses de 2019. Luisa María Alcalde desestima esta cifra, al afirmar que no toma en cuenta a los más de 800,000 mexicanos que se beneficiaron con las dos iniciativas del gobierno.
La gran interrogante es cuántos de los millennials del programa Construyendo el Futuro efectivamente se convertirán en trabajadores registrados ante el IMSS, una vez que concluyan su entrenamiento.
Otro de los retos es sumar a los programas de capacitación a los jóvenes que estudian una carrera, como Fernando, y que tienen problemas para combinar sus actividades académicas con un trabajo.
La falta de experiencia laboral de los recién egresados es un factor que les puede cerrar las puertas de las empresas. Un título universitario no garantiza conseguir empleo, de hecho, la tasa de desocupación de mexicanos con estudios superiores pasó de 16 a 28% entre 2000 y 2018, y había más de medio millón de universitarios sin trabajo a mediados del año pasado, de acuerdo con la STPS.
Al final, las empresas confían y están dispuestas a apoyar el programa del gobierno federal. Luisa María Alcalde dice que hay 133,288 centros de trabajo incorporados a Jóvenes Construyendo el Futuro. Nestlé es una de las compañías extranjeras que respaldan la iniciativa, por lo que firmó un convenio con la STPS para beneficiar a 1,000 jóvenes con capacitación técnica y promoción de oportunidades para el primer empleo en 2020.
Solo el tiempo dirá si la sinergia de los sectores público y privado logrará reducir los altos índices de desempleo de los jóvenes y prepararlos mejor para un mercado laboral en plena evolución.