La idiosincrasia del futbolista mexicano; crónica de una tragedia
“El jugador mexicano es conformista, tiene dos pesos en la bolsa, un carro y ya siente que lo tiene todo”, fueron las palabras en 2016 de Daniel Ludueña en una rueda de prensa.
El argentino fue criticado y linchado en las redes por este comentario duro hacia los jóvenes de nuestro país. El tiempo le da la razón a Ludueña.
La historia de Joao Maleck es ejemplo de aquellas palabras del ex jugador de Santos Laguna. Los clubes han concentrado sus esfuerzos en crear, formar y desarrollar atletas juveniles de alto nivel y se han olvidado de lo más importante: el trabajo psicológico.
Maleck ha tomado la peor decisión de su vida y derivó en la muerte de una pareja de recién casados. Pero esta desgracia es un conjunto de malas decisiones y una pobre orientación que le dieron desde su entorno familiar, promotores, entrenadores, compañeros y directivos de futbol.
Joao viene arrastrando una idiosincrasia que ha sido el verdadero cáncer en México, una tonta ideología de cómo debe ser un futbolista profesional. Tocan la fama, el poder, el dinero y se les borra el objetivo real de su carrera.
Se sienten gozosos de ser reconocidos en la calle, presumen su fama ante sus amistades, derrochan sus primeros pesos ante la sociedad y siguen un camino burdo que los hace sentir “todo poderosos”.
Los equipos de futbol se enfocan en todo menos en el aspecto mental del joven.
Es claro que la vida le cambia a cualquiera que a una edad temprana le llegue dinero y fama, pero los clubes no han trabajado en cambiar ese chip de los juveniles y es por eso que se pierden o se quedan en eternas promesas de este deporte.
La gran mayoría de los futbolistas son personas que vienen de sectores de escasos recursos, poca educación y una enorme falta de mentalidad exitosa.
Esto se fusiona con la esperanza de un futuro mejor que vende el futbol y en el primer contacto con la Primera División, sueldo ostentoso o reconocimiento público, el joven futbolista pierde el piso y deja salir su yo frustrado para exhibir sus grandes traumas.
Joao Maleck es el estandarte de la tragedia que representa el NO saber llevar a los jóvenes jugadores de futbol en México. Joao Maleck es sinónimo de priorizar el negocio por encima del deporte.
La culpa es de Joao Maleck, pero también es de todos nosotros por permitir, fomentar o consentir esta triste idiosincrasia del futbolista. Que Joao Maleck sirva para todos los que vienen en camino.