Los adioses
¿Y a donde irán los sueños de jóvenes graduados? Salomé es una chica dulce, frágil en su apariencia, fuerte en su espíritu. Lee con intensidad el mensaje, a los alumnos de secundaria, incluye un poema en su texto a manera de despedida: Cuando emprendas tu viaje a Ítaca/ pide que el camino sea largo,/ lleno de aventuras, lleno de experiencias./ No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes,/ni al colérico Poseidón,/seres tales jamás hallarás en tu camino,/si tu pensar es elevado, si selecta / es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo./ Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes/ ni al salvaje Poseidón encontrarás,/ si no lo llevas dentro de tu alma,/ si no los yergue tu alma ante ti.
Este poema completo, lo leímos en clase por una semana, verso por verso, cada alumno, así hasta lograr un coro.
Y cada día mencionaba algo sencillo de su autor, Konstantinos Kavafis, de Ítaca, el significado de lo mítico, el ritmo, la metáfora, Alejandría.
Se va formando un contexto para lograr entrar a la raíz del poema, y dejar libres los sentidos del alumno, para que ellos según su estética se permitan sentir, navegar, gozar de la frescura de algo nuevo y cercano.
Nadie tendrá nunca un monopolio de la interpretación, como afirmaba José Emilio Pacheco. De todos los discursos emitidos esa mañana, sólo el de la joven Salomé incluyó algo distintivo, con un lenguaje claro, poético, diferente del lugar común de lograr metas y frases copiadas de internet.
En silencio desde mi silla, observaba las caras de los adolescentes, última generación que cada viernes, veía llegar a un hombre de barba, jovial, con sombrero, lentes, libro en mano, estar atento a la salida, rodeado de jóvenes sonriendo, que escuchaban a los maestros que le decían: ¡Buenas tardes poeta!, ¡Adiós poeta! ¡ maestra; ya llegó el poeta!
Así se van las generaciones, como heráclitos ríos y uno se ve en la arcilla de un reloj de arena, se queda la historia, este texto, los versos en la memoria de esos chicos, que con lágrimas, algunos se acercaron abrazarme.
La poesía es tan indispensable que hace posible la existencia del hombre.
Feliz Domingo. Carpe diem. _