Extranjeros aprenderán maya, a hacer tortillas y trabajar la milpa en Xocén, Yucatán
Este domingo arrancará la estancia en Xocén, Yucatán de extranjeros estudiantes de posgrado para aprender la lengua maya. Este 2019 se cumplen 27 años del "Programa de maya yucateco de verano" del Consorcio de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Duke.
“Los extranjeros sí se dan cuenta de que la lengua es un patrimonio, de que hay que protegerla, de todo lo que representa y aquí no lo valoramos de la misma manera”, expresó el coordinador académico del programa, el antropólogo Fidencio Briceño Chel.
Durante cuatro semanas, los estudiantes vivirán en un hotel que contrató únicamente a trabajadores mayahablantes y pasarán de 12 a 14 horas diarias en Xocén, una localidad del municipio de Valladolid, sin hablar cualquier otro idioma. El domingo se encontrarán en Valladolid, pues llegarán los integrantes del Nivel Uno, los del Nivel Dos, que ya están en Yucatán, y los del Nivel Tres también irán a esta ciudad.
Cada año tienen entre diez y 15 estudiantes, y ya han realizado estos cursos más de 500 personas, quienes “muchos de ellos ahora son los referentes en cuanto a estudios mayas”, declaró el coordinador académico.
El programa está en Estados Unidos, pero desde hace 19 años el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene un convenio con ellos, para darles una visión completa de la cultura maya.
De acuerdo con Briceño Chel, en estas universidades si alguien quiere realizar un proyecto sobre la cultura maya, tienen como obligación aprender la lengua. "Es una regla no escrita, es algo que por ética hacen ellos. Si algún estudiante quiere hacer investigación de tesis y que tenga que ver con temas mayas, como es la historia, la antropología, la lingüística, historia del arte, obligatoriamente tienen que cursar y acreditar un curso de lenguas. Porque de lo contrario, ¿cómo entender la cultura sin la lengua?”.
El 24 de junio arrancó el programa en Estados Unidos y las dos primeras semanas son de preparación, con temas introductorios y gramaticales. Los alumnos en Nivel Uno actualmente están en la Universidad de Carolina del Norte campus de Chapen Hill en los últimos días previos a la estancia en una comunidad maya.
“Son seis semanas súperintensivas, en total son entre 120 y 140 horas de clase informal las que tenemos, más prácticas”, explicó el coordinador académico. Las prácticas dependen del nivel del estudiante y de su proyecto, pero son totalmente de inmersión .
A lo largo de estos casi 30 años, se han realizado estos cursos también en Ticul y Santa Elena. Briceño Chel mencionó que trabajan con entre 14 y 18 familias en Xocén, que se vuelven los maestros de los estudiantes en las prácticas inmersivas en donde les enseñan actividades cotidianas. Durante estas cuatro semanas, los estudiantes desayunan y luego tienen clase de las 9 a las 13 horas con los profesores del programa. Posteriormente tienen una hora de comida, luego dos horas de pláticas con gente de la comunidad y entre ellos, de las 16 a las 20 horas vuelven a tener clases, y luego tienen otra hora de conversación libre.
Según el coordinador del programa en la entidad, tienen profesores de diferentes zonas porque la pronunciación de la lengua maya cambia dependiendo de la región. Tienen a 20 profesores de base, diez hombres y diez mujeres, provenientes del sur, oriente y centro de Yucatán, así como de Quintana Roo. Añadió que anteriormente también contaban con un profesor de Campeche.
El objetivo de esta estancia en comunidades mayas, así como de la integración de maestros de diferentes zonas con sus respectivas pronunciaciones, es mostrar que esta lengua sigue viva.
“Lo que a mí me ha interesado mucho es que vean la lengua maya como una lengua viva, está permanentemente en innovación también y que lo vean en las comunidades, entonces pasan dos semanas en comunidad y es la parte totalmente de inmersión. Desayunan en la comunidad, comen en la comunidad, ellos mismos o ellas mismas aprenden a hacer tortillas, aprenden a bordar, los llevan a la milpa. O sea, viven como si fueran de allá y todo es absolutamente en maya”, comentó Fidencio Briceño Chel.
Además de esto, explicó que han logrado una dinámica en la cual, luego de formar alumnos, estos se vuelven los profesores del programa posteriormente, o docentes en sus países de origen.
Asimismo, los jóvenes de las comunidades mayas se han visto beneficiados, pues algunos trabajan como auxiliares por diez dólares la hora y otros son capacitados en la docencia y se integran como maestros del programa por 15 dólares la hora. Los organizadores del programa los capacitan y algunos deciden permanecer como maestros con ellos o son contratados por otras instituciones.
“Pero la base son todos mayas, son todos jóvenes mayas que van eventualmente a enseñar también a Estados Unidos. Pero bueno, ahora se ha endurecido un poco el programa, a veces no les dan las visas”.