El coste de un Gobierno de la izquierda en Madrid: 59.000 empleos menos
PP, Cs y Vox tienen en sus manos alcanzar una gobernabilidad que ahora mismo se presenta incierta en la región. Mientras, PSOE, Más Madrid y Podemos están al acecho ante la posible falta de acuerdos en el espectro del centro-derecha. Dos rumbos para la Comunidad diametralmente opuestos no solo en lo ideológico; también en lo económico. Así lo estima un informe interno del PP regional, encargado a un experto independiente, en el que desglosa el «dinamismo» que perdería la región si al frente de la misma estuviera un Gobierno de la izquierda. Tras analizar las propuestas y programas económicos de las tres formaciones anteriormente citadas, el mayor daño se produciría en el nivel de producción: 6.645 millones de euros, 4.770 de ellos procedentes de la inversión extranjera, si Ángel Gabilondo y sus socios de Ejecutivo llegaran a la Puerta del Sol.
¿Cómo se llega a esta conclusión? El informe, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, parte del aumento de inversión extranjera que la Comunidad de Madrid ha experimentado desde 1995, año desde el cual el PP ha gobernado de forma ininterrumpida en la región. En estos últimos 24 años, Madrid ha pasado de recibir el 63,6% de la inversión extranjera en España al 85,2%. En cifras, supone haber pasado de recibir 3.397 millones en 1995 a 41.448 millones.
El informe augura que el fin de las políticas liberales del PP y el aumento de trabas por parte de la izquierda se traduciría en una caída de 4.770 millones. Y, como un efecto dominó, otras variables macroeconómicas. En la región se perderían cerca de 44.000 puestos de trabajo; el consumo descendería en 266 millones de euros; una caída de 436 millones entre impuestos y cotizaciones sociales y una bajada de 862 millones de pérdida de poder adquisitivo debido al aumento del desempleo. Todo ello provocaría que el PIB se redujera un 1,37%: 3.151 millones de euros menos.
Una hipotética subida de impuestos por parte de las fuerzas de izquierda es también esbozada en el informe. Hay que recordar que, durante la campaña electoral, Ángel Gabilondo intentó tranquilizar a los electores: sólo un 2% de los madrileños tendrían que pagar más tasas. Por un lado, aquellos que ganaran más de 150.000 euros al año; por otro, aquellos que reciban una herencia o una donación de más de millón y medio. De hecho, el candidato socialista puso sobre la mesa la posibilidad de que nuestra región recuperara el Impuesto de Sucesiones y Donaciones entre familiares directos. Por su parte, Íñigo Errejón, candidato de Más Madrid y potencial aliado de Gabilondo, prefirió centrarse en los «más de mil millones que se les perdona en impuestos a los 4.000 madrileños más ricos». La tercera pata de un posible tripartito de izquierdas, Unidas Podemos, era también partidaria de una reforma fiscal. Aunque en su caso, se limitaron a anunciar que estaría centrada en sacar al mercado 40.000 viviendas que se encuentran actualmente vacías, «regaladas por el PP a los fondos buitres».
A modo de precedente, el análisis señala que los madrileños se han ahorrado alrededor de 40.000 millones de euros desde 1995 gracias a los impuestos bajos estipulados en la región. Entre otras razones, por la eliminación del impuesto de Patrimonio, del que existe una bonificación del 100% de la cuota; del ya citado impuesto de Sucesiones y Donaciones, del cual solo hay que abonar un 1, y de las sucesivas bajadas en el IRPF. En esta línea, la candidata de los populares, Isabel Díaz Ayuso, anunció el pasado mayo que, de llegar a la presidencia de la Comunidad, impulsaría una reducción del 0,5% en los cinco tramos del IRPF, sin tener en cuenta en ningún caso el nivel de renta de los contribuyentes. El PP incluso tasó esta pérdida de ingresos para el fisco: 300 millones de euros que se ahorrarían los madrileños.
¿Qué supondría entonces una pérdida de los impuestos bajos? En los próximos cuatro años, según el presente análisis, la producción se resentiría en 1.875 millones de euros. Se produciría una pérdida de 15.000 puestos de trabajo. El consumo caería en 95 millones. La menor recaudación entre impuestos y cotizaciones sociales supondría un descenso de 157 millones. La pérdida de poder adquisitivo derivada del desempleo arrojaría un saldo negativo de 309 millones. Y por todo ello, la disminución del PIB, derivada de las nuevas medidas impositivas de la izquierda, sería de 0,46 puntos: 1.058 millones de euros.