Burdos y palurdos
Cuando en 1989 el candidato del PAN, Ernesto Ruffo Appel, derrotó a Margarita Ortega Villa, candidata del PRI a la gubernatura, Baja California se convirtió en punta de lanza de la alternancia y en el acorazado emblema de la democracia mexicana subnacional, con los Bárbaros del Norte al timón.
Desafortunadamente, hoy la entidad peninsular vive días aciagos y parece servir de laboratorio político para un experimento nacional: retorcer la Constitución y las leyes, para ampliar un mandato popular sin pasar por las urnas.
Burdas las dos decisiones del Tribunal Electoral peninsular, para obsequiarle al candidato de Morena más años de gobierno, corregidas oportunamente por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Un ingrediente para la Reforma Electoral en curso: en abono de la transparencia y rendición de cuentas, los magistrados electorales locales deben ser sujetos a remoción, mediante un procedimiento legal como lo tienen los Consejeros de los Oples vía INE, para evitar que la sanción quede sujeta al vaivén de la política y la correlación de fuerzas en el Senado.
Con dos ponches de por medio, el Congreso del Estado se hizo cómplice del atropello:
Los mismos partidos que en la Reforma Electoral local de julio de 2014, apoyaron empatar la elección de gobernador con la elección federal de 2021, fueron los que en julio de 2019aprobaron un mandato sexenal, cuando ya los ciudadanos habían votado por un gobernador de dos años.
Abundante en violaciones flagrantes al Estado Democrático de Derecho, que no deben tolerarse ni repetirse, este laboratorio se debe desmantelar a la brevedad mediante una acción de inconstitucionalidad.
Para que de una vez y para siempre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación blinde a nuestra democracia, desaliente palpitaciones autoritariasy contenga a los palurdos de la política, que buscan defraudar la voluntad popular.
Recordemos que el fraude y corrupción política fueron el caldo de cultivo de la insurgencia electoral de 2018, que empoderó a quienes hoy en Baja California impulsan o consienten lo que prometieron combatir y erradicar.
¡Se pasaron de lanzas! _