La administración de Trump restablece la pena capital a nivel federal

El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el restablecimiento de las ejecuciones para condenados por casos federales, las cuales estuvieron en suspenso durante los últimos 16 años.

El Departamento de Justicia inició durante la presidencia de Barack Obama, una revisión de los protocolos que se estaban siguiendo al aplicar el método de la inyección letal, a raíz de una desastrosa ejecución en 2014 en Oklahoma que reavivó el debate de la pena de muerte.

Ahora se da por concluido ese examen para seguir adelante con las ejecuciones federales. La medida comenzará a aplicarse a partir del próximo mes de diciembre.

El fiscal general, William Barr, justificó la reimplantación de la pena capital en la necesidad de dar “justicia a las víctimas de los crímenes más horribles”.

Barr solicitó al buró de prisiones y a su director, Hugh Hurwitz, que programe las ejecuciones de cinco presos que fueron condenados a muerte por asesinato, y también por delitos de tortura y violación contra niños y ancianos.

La última ejecución federal se produjo en 2003 y actualmente hay 62 presos condenados a la pena capital por el gobierno federal, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, en inglés). “Bajo gobiernos de ambos partidos, el Departamento de Justicia ha buscado la pena de muerte para los peores criminales, incluidos estos cinco asesinos, cada uno de los cuales fue condenado por un jurado tras un proceso completo y justo”, argumentó el ministro de Justicia.

El pasado año se realizaron 25 ejecuciones en el país norteamericano, pero todas ellas fueron realizadas por las sentencias de tribunales estatales por cargos también estatales.

La próxima ejecución, con el uso de una inyección de pentobarbital, está fijada para el 9 de diciembre en la prisión federal de Terre Haute (Indiana).

Desde mucho antes de llegar a la Casa Blanca Trump fue un defensor de la pena de muerte, según recuerda la prensa local en 1989 publicó anuncios de página completa en distintos diarios de Nueva York en los que instó al gobierno a “traer de nuevo la pena de muerte”.

“Si el castigo es fuerte, los ataques contra personas inocentes se detendrán”, consideró.

Rechazo

La medida ha sido rechazada y cuestionada por varios actores en Estados Unidos. Uno de ellos es el gobernador de California, Gavin Newson, quien expresó: “el gobierno de Trump ha elegido unirse a Kim Jong-un de Corea del Norte, al rey Salman de Arabia Saudita y al gobierno de (Vladimir) Putin en la ejecución de sus ciudadanos”.

Y agregó: “el asesinato intencional de otra persona está mal y nuestro sistema de pena de muerte ha sido, en todos los aspectos, un fracaso. La pena de muerte ha discriminado a los acusados que tienen enfermedades mentales y a afroamericanos que no pueden pagar una representación legal costosa”.

En el correr de los años 21 de los 50 estados del país ordenaron la abolición de la pena de muerte. Desde 1973, un total de 166 presos condenados a la pena capital en todo el país, incluidos cinco en California, fueron liberados del castigo después de que se comprobaran errores en los juicios.

Robert Dunham, director ejecutivo del Centro de Información de Penas de Muerte sin fines de lucro, dijo que le preocupaba que el proceso para reanudar las ejecuciones fuera apresurado. “El gobierno federal no ha llevado a cabo ninguna ejecución en 15 años y eso plantea serias dudas sobre la capacidad para realizar las ejecuciones de manera adecuada”, expresó.