Elige la corriente educativa adecuada para tu hijo
De acuerdo a la Real Academia Española, educar es encaminar, adoctrinar, desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales o morales de un niño. Lo anterior con base en las corrientes educativas, las cuales han determinado la formación académica de las personas a través del tiempo.
Una corriente educativa es aquella que se aplica en un momento histórico en donde la sociedad o grupo de ciudadanos de una nación la requieren para su adiestramiento.
Estas corrientes construyen los modelos educativos actuales y las desarrollan con apoyo de las teorías educativas, la cuales son creadas por pedagogos dedicados a la investigación metodológica, cognitiva y todos aquellos procesos que van a favorecer el aprendizaje.
Las corrientes educativas que han sido más populares y utilizadas a lo largo de la historia son tres: conductismo, cognitivismo y constructivismo.
El conductismo pone énfasis en la conducta observable de las personas y establece al profesor como el dueño del conocimiento absoluto; él lo transmite al alumno, quien lo asimila desde una posición pasiva.
En contraste, en el cognitivismo el alumno procesa la información mediante un desarrollo cognitivo o de pensamiento y lo emplea en la solución de problemas.
A diferencia de los dos mencionados, con la corriente del constructivismo el conocimiento lo construye el estudiante, acompañado por el maestro, no sólo intelectualmente, sino también desde un punto explorativo y didáctico.
El constructivismo es la corriente que más predomina en los niveles de educación en el mundo debido a la interacción en los procesos académicos, sin embargo, la diferencia radica en las teorías aplicadas a la misma, sobresaliendo principalmente dos: el trabajo colaborativo y la inclusión.
“Es una estrategia transversal que se puede aplicar en todas las corrientes o teorías, fue aplicada por Johnson y Johnson en la Universidad de Minnesota en 1984, de ahí se desprende, de Estados Unidos se va a Europa y son muchos los teóricos que manejan el trabajo colaborativo”, explica Olga Martínez, rectora del Instituto de Pedagogía Aplicada de Monterrey.
Esta estrategia es circular, es decir, aquello que conocemos como conocimiento entre pares, donde ninguno de los sujetos es indispensable o imprescindible para desarrollar un proyecto.
Actualmente, el trabajo colaborativo es implementado en programas duales que involucran universidades y empresas, principalmente en países como Alemania.
“El estudiante no va a la universidad como lo hacemos en México, sino a talleres. De manera paralela se desarrolla en empresas algo similar a lo que llamamos prácticas sociales o profesionales. En Alemania el estudiante se va a la empresa desde el primer año y solamente tres veces a la semana va a la universidad, por eso están entre los mejores ingenieros del mundo”, asegura Olga Martínez.
De acuerdo con la especialista, a este modelo implementado dentro de la teoría del trabajo colaborativo se le conoce como Modelo Bimodal, utilizado en México en instituciones como la UNAM, el Conalep o el Instituto de Pedagogía Aplicada que preside Martínez.
“Lo que necesitamos es la actualización y la certificación de aptitudes, la tenemos que desarrollar y capacitarnos”, dice.
Otra de las teorías trascendentales en nuestros días es la de la inclusión educativa. Cuando hablamos de inclusión no hacemos alusión a personas con discapacidad, sino a aquellas con diferentes capacidades para comprender lo que están aprendiendo.
La UNESCO define este concepto como el “proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades y reduciendo la exclusión en la educación”.
En ese sentido, a partir de 1998, pedagogos como Mel Ainscow implementaron teorías como el Desarrollo de Sistemas Educativos Inclusivos.
“Las corrientes que se están aplicando hoy, dirigidas a la excelencia, al humanismo, a la inclusión, a la calidad y a la equidad, serán válidas y veremos si resultó o no hasta dentro de 20 años”, manifiesta la rectora del Instituto de Pedagogía Aplicada de Monterrey, quien indica que lo anterior determina el éxito de las teorías y corrientes educativas de un país.
¿Hacia dónde vamos?
Otra teoría importante que se aplica en la educación actual es la denominada Tesoro de la Educación, de Jaques Delors, nacida en Francia y que tiene cuatro pilares fundamentales: aprender haciendo, aprender a aprender, aprender a socializar y aprender a conocer.
En la era digital actual, los estudiantes llevan una educación video-real, una tendencia que crece día con día en los principales centros como mejora continua de la educación.
Por medio de los códigos QR, el estudiante lleva una visualización integral de la lección que está tomando, de clases ya grabadas por el docente. El alumno aprende a su propio ritmo a través de videos en una plataforma como Youtube.
“Muy pronto todos los libros van a tener códigos QR para llevar a los alumnos a esto que se llaman asociaciones: asociamos el video con el texto y ahí atrapamos al estudiante en sus vertientes visual, kinestésico y auditivo.
Apenas recientemente “la gente ha entendido que el estudiante no es un depósito de información, sino una persona con procesos cognitivos, a la que deben aplicársele estrategias específicas; no podemos estandarizar la educación porque cada sujeto es diferente”, concluye la especialista Olga Martínez, rectora del Instituto de Pedagogía Aplicada de Monterrey.
