Salvia, una planta llena de color y beneficios
Nuestro mundo está lleno de plantas. Algunas de ellas se pueden cultivar para dar frutos, y otras tan sólo con sus flores u hojas, permiten que se tenga todo lo necesario para diversos objetivos
La salvia entra de la lista de aquellas que nos presentan una enorme utilidad. Ella pertenece a la familia de las mentas y cuenta con casi 1000 especies diferentes, que brindan un sinfín de posibilidades. Uno de los géneros más comunes es la salvia común, que se suele utilizar para cocinar.
Como muchas otras, esta planta tiene distintos usos y diferentes formas en las que brindan un enorme beneficio para todas las personas. Primeramente, es importante mencionar que la salvia está llena de aromas, y por ello resulta ser tan importante. Entre sus múltiples funciones como la cocina, se encuentra la creación de aceites, aromatizantes y remedios naturales.
Como tiene más de 900 especies, se puede encontrar en infinidad de lugares alrededor del mundo. En América Central y del Sur hay aproximadamente 500 especies, en Asia Central y el Mediterráneo unas 250, y en Asia Oriental unas 90.
La salvia está dentro de las hierbas anuales y perennes, por lo que se da durante todo el año, incluyendo el invierno. Ya que sin importar la fecha del año, soporta los fríos de esta temporada. Su conexión con la familia de las mentas le brinda una particularidad en sus hojas. Esto junto a su llamativa flor, hace que se pueda distinguir más fácilmente ante otras plantas.
Los tallos son, por lo general, angulares y con algunas brácteas ornamentales y bastante vistosas. Su parte más verde, a veces es dentada o dividida, pero en su mayoría son enteras. Las flores, aunque dependiendo de la zona y tipo de salvia varía de color, por lo general siempre son bastante vistosas. Está formada en racimos, lo que la hace más llamativa y el cáliz tiene forma de tubo o acampanada.
Cuenta con una división en dos partes o mejor llamados labios. En la parte superior posee tres dientes y en la inferior existen dos lóbulos. Los estambres se ven conformados por dos estructuras cortas con antenas de dos células.
El fruto que da la salvia es una nuez lisa, tiene forma de óvalo y en muchas de las especias o variantes, suele tener un recubrimiento mucilaginoso. Las tonalidades de la flor varían entre el violeta, azul, rojo, rosado. Y las menos comunes como el blanco y el amarillo.
Las hojas de la salvia son una de las partes que traen grandes beneficios en cuanto a salud se refiere, ya que al utilizarlas secas, se puede aprovechar en múltiples ocasiones. Ellas sirven como un excelente tratamiento antiinflamatorio, por lo que ayudan a sanar o aliviar dolencias.
También están asociadas a tratamientos digestivos para controlar la acidez, y a su vez, mejoran la función cognitiva y el estado anímico, teniendo un alto efecto estimulante en el sistema nervioso central, por lo que ayudan a combatir el agotamiento, cansancio, apatía y mucho más.
Por otro lado, el aceite que despide su flor, es utilizado como ingrediente para la creación de aceites aromatizantes.
Tipos de salvia más llamativos
Existe gran variedad de tipos de salvia regadas por el mundo. Entre ellas se encuentra la más común, utilizada en la cocina, como ornamental y en la medicina herbaria.
Está la apiana, una de las más extrañas por su flor blanca y utilizada por algunas tribus durante sus ceremonias. La azurea, una de las más comunes por su tonalidad azul. También está la que se utiliza para los aceites de perfumes, la denominada sclarea. Y entre las más coloridas se encuentra la escarlata.
Uno de sus atractivos es que también atrae por su tricolor, como aquella que crece con un tono blanco desigual. Si de rarezas se trata, existe una salvia que atrapa por sus hojas con aroma similar a piña, llamada elegans.