Las caballerizas de Felipe II halladas en Bailén pueden retrasar y encarecer las obras de Plaza de España

Los vestigios hallados en las obras de remodelación de la Plaza de España -concretamente, en la calle Bailén- hace una semana pueden tener una gran relevancia arqueológica. Se trata, según confirmó ayer la portavoz del equipo de expertos que trabajan en la zona, Esther Andreu, de restos de las caballerizas que ordenó construir Felipe II en el siglo XVI, y en cuyo entorno no dudan en que también se encontrarán partes de las caballerizas que mandara levantar Carlos III a Sabatini dos siglos más tarde. Los arqueólogos iniciarán, en cuanto tengan los permisos, una excavación en profundidad para conocer el alcance de su descubrimiento y poder valorarlo. Algo que hace difícil saber por cuánto tiempo va a retrasar las obras ni cuánto puede encarecerlas, reconoció el alcalde, José Luis Martínez-Almeida. Andreu forma parte del mismo equipo de arqueólogos que ya trabajó bajo el terreno de la calle Bailén en los años 1994 a 1997, cuando allí se construyó el túnel que ahora la atraviesa, y donde se encontraron numerosos restos de los que algunos se conservan dentro del actual aparcamiento de la zona: una atalaya islámica del siglo XI y otras piezas que allí se exponen. Dos reyes, dos caballerizas La noticia de la aparición de los hallazgos ha despertado la curiosidad y las dudas de muchos aficionados y entendidos en la historia madrileña, conocedores de la existencia de las caballerizas del siglo XVI al sur de palacio, y de las posteriores del siglo XVIII al norte. Andreu explicaba ayer que las caballerizas reales de Felipe II se levantaron en la zona sur, cerca de la actual plaza de la Armería, y más tarde, se ampliaron en esa misma zona. Como seguían siendo insuficientes, se hizo este anexo en el lado norte. En esos mismos terrenos mandó construir años después Carlos III sus propias caballerizas, fastuosas en tamaño, y que diseñó Sabatini. Aunque ambas estructuras coinciden en la misma zona, Andreu está convencida de que las halladas son restos de las de Felipe II «por su factura, por el tipo de ladrillo y sus dimensiones», y por «el mortero utilizado, que es de peor calidad que la argamasa potente que utilizaba Sabatini». No obstante, no duda que puedan localizarse, en su entorno, otros hallazgos que correspondan a lo que queda de las caballerizas hechas por Sabatini a finales del siglo XVIII. Obra paralizada La concejal del área de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, ordenó la inmediata paralización de las obras en la zona de Bailén cuando se tuvo conocimiento de estos hallazgos. La actual responsable de Arquitectura y Patrimonio del Ayuntamiento es Paloma Sobrini, ex directora general de Patrimonio en la Comunidad de Madrid. El equipo de arqueólogos han redactado un proyecto de excavación que quieren enviar a los responsables de la Comunidad de Madrid mañana viernes, para obtener cuanto antes su aprobación y comenzar «de inmediato» a trabajar. «No sabemos si saldrá un sótano debajo de lo que hemos encontrado», lo que supondría continuar excavando sin fecha, o si los hallazgos se quedarán en lo encontrado y supondrán sólo «un par de meses» de parón. En todo caso, reconoce, «esto es la punta del iceberg» en un terreno declarado zona de protección arqueológica y con un notable valor histórico. «No sabemos si aparecerá algo imprevisible», confiesa. El alcalde José Luis Martínez-Almeida reconoció que existe en la actualidad «incertidumbre sobre si habrá que ampliar el plazo de las obras o incrementar su presupuesto», y abogó por «conciliar la protección de bienes arqueológicos con minimizar los retrasos en la ejecución de las obras» en una zona especialmente sensible a la circulación de vehículos. A su juicio, «si el Ayuntamiento anterior hubiera hecho un estudio arqueológico previo, no estaríamos ahora así; las prisas electorales nunca son buenas». En todo caso, recuerdan en el Ayuntamiento, los trabajos se han paralizado en la calle Bailén, pero continúan a buen ritmo en el resto de la plaza, cuya reforma -que cuenta con un presupuesto de 70 millones de euros- está previsto acabar a finales del año 2020.