¿Sabotaje en el Consejo?
El sabotaje es, por definición, un atentado. Cuando éste se realiza en el negocio denota un golpe contra la operación, más si se materializa en la mesa del Consejo de Administración es un crimen. ¿Por qué? ¡Porque violenta la supervivencia y el futuro de la empresa!
Como el sabotaje puede ser consciente o inconsciente, es importante conocer y estar al tanto de los comportamientos más comunes que exhiben los miembros del Consejo y que ponen al descubierto este delito.
Cuatro signos de alerta son:
1.- La típica frase de “lo vamos a analizar”,… y luego, la inactividad. Cuando las ideas fluyen, los proyectos se presentan y las decisiones se posponen indefinidamente, las expectativas y el drive se pierden. Y es que, ¿de qué sirve llevar ideas a la mesa, intentar agregar valor al Consejo y luchar por presentar reflexiones factibles, si al final, no se valoran? Hay que saber decir sí o no claramente. Las respuestas—nos gusten o no—son esenciales para avanzar, romper la pasividad y retroalimentar al foro.
2.- Las ausencias “no planificadas” de miembros del Consejo de Administración en momentos clave. Cuando el Presidente, las Comisiones del Consejo o el Director General quedan de entregar información relevante a la mesa para que ésta pueda analizarla, y justo cuando se tiene que concretar la presentación, sus miembros no aparecen—y esto sin previo aviso—¡tenemos un problema Houston! ¿Por qué postergar nuestra responsabilidad? Mejor sería exponer que no estamos de acuerdo con lo que se va a tratar (conflicto de interés), no podemos con el rol (exceso de funciones) o deseamos rotar por cuestiones personales (salir). ¡Cuentas claras, amistades largas!
3.- Vivir de éxitos pasados. Recordar constantemente “lo que hicimos por la empresa” no logrará que el futuro sea mejor, ni más prometedor. Es bueno saber de dónde venimos, quiénes nos hicieron grandes, cuáles fueron sus hazañas, pero también es necesario adaptarnos y evolucionar. Obviamente, en este proceso se debe aprender (logros y fracasos) y re-aprender. En resumen, cuando los logros del pasado “detienen” el presente (estrategia de crecimiento, tecnificación de procesos y controles) y nublan el futuro, ¡valiente servicio le estamos dando a la empresa!—y lo peor, es que encima, cobramos por él ($).
4.- Marear a la mesa. Cuando el Presidente del Consejo o los propios Consejeros actúan como políticos, debemos preocuparnos,… y en serio. Y es que, este comportamiento se realiza, definitivamente, de forma consciente. “Manzanear” a los presentes, darles por su lado y no concretar actividades clave son estrategias para postergar, disuadir y cansar—ejemplos: la información para la reunión nunca llega; los deadlines no se cumplen; las juntas se cambian a último momento. En pocas palabras, son estrategias para dejar pasar el tiempo, sacar provecho de algo y no cambiar el status quo (porque no nos conviene). ¡Ojo!
En conclusión, cuando los Consejeros tienden a evitar tomar decisiones, cuando la respuesta a las iniciativas es “lo vamos a analizar”, cuando no pasa nada a lo largo de las juntas, existe sabotaje. Y es que, en el ámbito corporativo, patear la bola implica sabotear. ¿Por qué? Porque entraña por parte del Consejero falta de diligencia, limitado deseo de solucionar y nula visión de futuro. Las consecuencias: estancamiento o crecimiento inercial del negocio; frustración por parte de los miembros del Consejo que sí desean aportar valor (renuncia) y des-legitimización de los accionistas—a quienes no se les hace caso… ¡Cuidado!
¿Será que su Consejo está siendo saboteado?
La autora es socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Petrolero y de Retail.
Opine usted: rosanelly@trevinyorodriguez.com
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