Ciudadanos advierte de que la muralla de la Macarena «vuelve a ser un vertedero»

El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sevilla, Álvaro Pimentel, alertó ayer de que la muralla almohade de la Macarena «vuelve a ser un vertedero», a la vista de «la gran cantidad de papeles, cartones, latas y otros residuos que se acumulan en su interior» y que «están poniendo en peligro la conservación del monumento». Mientras el emblemático tramo de muralla espera una actuación de restauración integral promovida por el Ayuntamiento con un presupuesto de 920.000 euros, cofinanciado al 50 por ciento por el programa del conocido «1,5 por ciento cultural» del Gobierno central, extremo ya aprobado provisionalmente, Pimentel avisó ayer de que «apenas un mes después de que el Gobierno municipal anunciara a bombo y platillo la retirada de tres toneladas de residuos» de esta zona, el recinto fortificado, protegido como bien de interés cultural (BIC), está de nuevo «lleno de basura». Así, el portavoz de la formación naranja reclamó al alcalde, el socialista Juan Espadas, que «deje de mentir» respecto al tratamiento que recibe el monumento, porque «sólo hace falta dar un paseo por su entorno para comprobar el abandono» que sufre. Al respecto, avisó de que «los vecinos de la Macarena llevan meses confirmando la ausencia de un plan de limpieza tanto en el monumento como en sus alrededores», lo que está provocando «una situación grave de insalubridad». Además, Pimentel alertó de que se ha detectado que «hay personas viviendo en el interior del monumento», extremo «denunciado por los vecinos», señalando «colchones, ropas por el suelo y pintadas en el lienzo de la muralla», a lo que se suman «restos de comidas y botellas de cristal». Por ello, pidió al gobierno local que desarrolle «un programa específico en la zona» para atajar este «problema de seguridad» que «está generando conflictos de convivencia» con los vecinos. Además, el líder de Cs en el Consistorio pidió a Espadas que ponga en marcha «un plan de vigilancia» en la muralla que «evite que el monumento se siga deteriorando» y tenga «un efecto disuasorio con aquellas personas que viven en su interior». Así, denunció que «de nada sirve que Espadas anuncie un proyecto muy ambicioso para rehabilitar la muralla, si no es capaz de mantenerla a diario».