La salida del enviado de EEUU pone en duda el plan de paz para Oriente Medio
La próxima marcha del enviado de la Casa Blanca para Oriente Medio, Jason Greenblatt, aumenta los interrogantes sobre el futuro del plan de paz entre israelíes y palestinos, cuya presentación se retrasa constantemente en medio de un fuerte escepticismo sobre el papel de Estados Unidos como mediador.
Greenblatt anunció este jueves que abandonará el cargo que ocupa desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, llegó al poder en enero de 2017, y reforzó las apuestas de quienes creen que el plan de paz de la Casa Blanca nunca llegará a ver la luz.
“Ha sido el honor de mi vida haber trabajado en la Casa Blanca durante más de dos años y medio bajo el liderazgo del presidente Trump”, dijo Greenblatt en un correo electrónico enviado a Efe.
El enviado especial, un judío ortodoxo de 53 años que trabajó durante dos décadas como abogado de la Organización Trump, tenía previsto quedarse solo dos años en el Gobierno y quiere regresar a Nueva Jersey para estar con su familia, explicó un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato.
Greenblatt no tiene, por ahora, fecha de salida, y no está claro si seguirá en su cargo para cuando la Casa Blanca presente su plan de paz, que ya está “terminado y se publicará cuando sea apropiado”, se limitó a indicar al respecto esa misma fuente.
La presentación de ese plan se ha aplazado varias veces en los últimos dos años, y la Casa Blanca dice ahora que tomará una decisión sobre cuándo publicarlo después de las elecciones previstas para el 17 de septiembre en Israel, a las que concurrirá de nuevo su aliado, el primer ministro israelí interino Benjamin Netanyahu.
Ese constante retraso en el proyecto, diseñado por Greenblatt junto al yerno de Trump, Jared Kushner, ha multiplicado las dudas sobre su futuro, que ya quedó en tela de juicio después de que Estados Unidos reconociera la soberanía israelí sobre Jerusalén y los palestinos rechazaran cualquier papel de EE.UU. como mediador.
“¿Por qué están haciendo esto ahora (prescindir de Greenblatt)?”, se preguntó en conversación telefónica con EFE Aaron David Miller, un exdiplomático que ha asesorado a Gobiernos estadounidenses de ambos partidos sobre el proceso de paz.
“Que el arquitecto de un plan (…) se vaya en un momento en el que se supone que están a punto de presentarlo y va a empezar el trabajo de verdad (…) plantea serias dudas sobre la viabilidad” del proyecto, afirmó Miller.
Más tajante fue Ilan Goldenberg, que estuvo implicado en los intentos de mediación del Gobierno de Barack Obama, al escribir en Twitter: “Déjenme que les traduzca esto. El plan de paz de Kushner no verá la luz del día antes de (las elecciones estadounidenses de) noviembre de 2020, y yo apuesto a que nunca la verá”.
Miller, que ha mantenido contactos con Kushner, todavía cree que el plan podría llegar a presentarse, pero piensa que si la Casa Blanca no lo presenta antes de que acabe este año, es “altamente improbable que lo haga antes de (las elecciones) de 2020”.
Trump quiere mantener el voto de los evangélicos blancos, para los que el apoyo incondicional a Israel es clave, y un plan “muy favorable” al Gobierno israelí “podría beneficiarle”, según Miller.
Pero esos votantes ya son fieles al presidente, y es “probable que Trump esté preguntando para qué va a presentar ese plan y causar más ansiedad a los evangélicos cuando nadie espera que produzca resultados”, tuiteó la exdiplomática Tamara Cofman Wittes, del centro de estudios Brookings.
El peso del plan recaerá ahora en Kushner y en el embajador estadounidense en Israel, David Friedman, un conocido defensor de los asentamientos israelíes.
Aunque no hay planes de nombrar un nuevo enviado especial para Oriente Medio, el sustituto de Greenblatt será Avi Berkowitz, un asesor de Kushner de 30 años que este año comenzó a implicarse en el proceso de paz.
Berkowitz tendrá ayuda del encargado de Irán en el Departamento de Estado, Brian Hook, que desde este año ha “integrado su equipo” con el de Kushner y Greenblatt, según fuentes de la Casa Blanca.
El hecho de que un responsable de Irán se implique a fondo en la estrategia de paz entre israelíes y palestinos sorprendió a Miller, aunque es probable que Hook tenga buena relación con los israelíes dado su trabajo en múltiples acciones contra Teherán, el gran enemigo de Israel en la región.
“Todo esto me convence de que el objetivo de este plan nunca fue una negociación seria (…) sino reformular la política estadounidense hacia Oriente Medio para asegurar el apoyo de votantes clave” a Trump, concluyó Miller.
EFE.
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