Murió el maestro Adolfo Mexiac, uno de los grandes de la gráfica mundial
El artista plástico y grabador Adolfo Mejía Calderón, mejor conocido como Adolfo Mexiac, murió a los 92 años, fue un hombre coherente con sus principios, de pensamiento progresista, siempre antepuso su espíritu rebelde frente a las instituciones.
Reconocido en todo el mundo por su grabado Libertad de expresión, que muestra a un hombre amordazado con una cadena, el cual fue bandera del Mayo francés y del Movimiento Estudiantil de 1968, es velado en la funeraria Naser, en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
Su esposa Paty Salas, dio la noticia a los familiares y amigos como al museógrafo y arquitecto, Iker Larrauri.
En vida, Mexiac, quien fue académico de número de la Academia de las Artes, desde 1997, cuestionaba que México estaba sometido a “las políticas del imperio norteamericano, su prestigio está por los suelos y sumado esto a la corrupción imperante y él no respeto de los Derechos Humanos pues las fuerzas gubernamentales policiacas y del ejército llevan a cabo desapariciones forzadas ejecuciones sumarias asesinatos en colusión con los criminales carteles de la droga se llegan a confundir con las mismas autoridades del orden”.
La educación pública, sostenía, Mexiac, uno de los artistas mexicanos más importantes del siglo XX, debe ser el eje del desarrollo integral del país afortunadamente la cultura está muy arraigada y es profunda en México.
“En lugar de fomentar la dependencia alimentaria hay que fomentar la autosuficiencia, eso nos hará más libres Estoy seguro que la mayoría de los mexicanos queremos otro país un país protector de sus habitantes, respetuoso de los derechos de todo sino una dictadura dirigida por militares y políticos corruptos. Un país donde se estudie con libertad y se apoye en todas las expresiones de las distintas artes ya que las huellas culturales son verdaderamente perdurables y las que les han dado imagen positiva los pueblos”.
Cada vez que tenía oportunidad exponía que “en los últimos decenios, los gobiernos han enajenado las sierras mexicanas y han permitido su explotación de las minas a cielo abierto, destruyendo la tierra, dejándola improductiva por el envenenamiento del que han sido objeto, y ahora nos quieren dejar sin memoria histórica”.
Todavía el año pasado el Museo Nacional de la Estampa le rindió un homenaje nacional con una exposición.
epc