Un par de zarpazos de Iker Muniain en los primeros veinte minutos sirvieron para encarrilar el partido para el Athletic Club, cortar la progresión del Espanyol y cerrar una racha negativa de los leones, que acumulaban cinco partidos consecutivos sin ganar. No necesitaron mucho más los vascos para sumar los tres puntos y retomarle el pulso a la Liga colocándose a las puertas de los puestos que dan acceso a lucirse por Europa. Los errores defensivos se pagan caros y este Espanyol adolece de cierta ternura en su zaga que acaba pagando caro. Así se explica el primer gol de Muniain, que aprovechó un rechace dentro del área, el segundo, que más allá de ser uno de los tantos más plásticos de la jornada, se gestó gracias a la mala defensa del lanzamiento de esquina previo, con una desatención que permitió al media punta rojiblanco conectar un espectacular remate desde la frontal, o el tercero, en el que Naldo y Víctor Gómez llegan tarde.
Mazazo al equipo de Machín, que se presentaba en San Mamés con una imagen renovada y los ánimos por las nubes tras sus dos victorias consecutivas (Ludogorets y Levante) que le permitía sentirse optimista con la posibilidad de abandonar los puestos de descenso que tanto desasosiego generan en la grada y en el vestuario. El sistema del técnico soriano ha sido asimilado y puesto en buena práctica pero el segundo tanto de Muniain altero los biorritmos de Machín que ordenó calentar a Granero, Wu Lei y Ferreyra. Pólvora con la que tratar de igualar un partido que ya estaba demasiado cuesta arriba. No encontraban los pericos respuesta ofensiva ni generaban ocasiones claras de gol.
Gol anulado a Bernardo
Se rehizo levemente el conjunto blanquiazul pasada la media hora de juego. Ni siquiera el VAR estaba del lado catalán. Martínez Munuera anulaba un buen tanto de Bernardo por un fuera de juego que solo podía ser verificado con tiralíneas. Y desde la sala de videoarbitraje le dieron la razón al colegiado valenciano. Fue como una inyección de adrenalina. Se vino arriba el Espanyol, que vio que podía batir a Unai Simón si seguía confiando en su estilo. Tuvo una nueva oportunidad el Espanyol con un remate de Víctor Campuzano que desbarató de forma magistral el meta del Athletic.
Despierta el Athletic
Pitaba el descanso Martínez Munuera. Se marchaban los blanquiazules a las duchas con mucho trabajo por corregir. Su desconexión entre los medios y los delanteros era una de las causas de su escaso bagaje ofensivo, aunque el Athletic, más allá de las genialidades de Muniain tampoco había hecho mucho más. Arrancó la segunda parte de la misma forma que acabó la primera, de forma anodina y con los catalanes tratando de darle la vuelta al marcador. Algo poco probable teniendo en cuenta su trayectoria y su querencia al sufrimiento esta temporada.
El carrusel de cambios que suele producirse sobre la media hora de la segunda parte se alteró con una excelente jugada del Athletic en la que acabó luciéndose Diego López. Un buen contraataque del Athletic por la banda derecha culminaba con un centro que Córdoba remataba de forma contundente provocando el lucimiento del cancerbero visitante.
No aguantó más Pablo Machín, al que se le acabó la paciencia. Primero dio entrada a Ferreyra por un «Monito» Vargas que se marchaba al banquillo con cara larga, después retiró a un desconocido Marc Roca por Granero con la intención de recuperar el orden en e centro del campo, y finalmente apostó por Wu Lei ante las pocas ocasiones de las que gozó Víctor Campuzano.
Muniain protagonista
Mientras tanto, el Athletic contemporizaba el partido, jugando con el marcador y tratando de arriesgar lo mínimo. Las escasas pretensiones del Espanyol murieron con el tercer gol de Muniain, que aprovechó la falta de entendimiento entre Naldo y Víctor Gómez para cerrar el marcador con un gol que desesperó a Diego López. Ahora Machín está obligado a sumar los primeros puntos en Cornellá ante el Valencia para no sumirse en la depresión y aspirar a salir de los puesto de descenso.