Muerte y resurrección de la Serie Mundial
Los Cleveland Spiders de 1895 |
Por Joaquín Villamizar
Una cita con la historia
¿Cuál fue la última Serie Mundial disputada en las Grandes Ligas en el Siglo XIX? ¿Y por qué desapareció el término Serie Mundial en la última década de ese siglo, para pasar a denominarse de otra manera? ¿Por qué reapareció la Serie Mundial (para siempre) en 1903?
En 1891 no hubo Serie Mundial. Ese ese año, quedaron campeones los Nationals, por la Liga Nacional, y los Rojos, de la American Association.
Los Rojos, invitaron a los Nationals a jugar la Serie Mundial, pero estos declinaron. Ambas ligas estaban en pugna, ya que la AA había infringido en febrero de ese año, el compromiso adquirido por las dos ligas, al mudar su equipo de Chicago a Cincinnati para jugar con los Rojos de la Nacional. Pero ese equipo de Cincinnati en la AA sólo duró activo cuatro meses y quedó en bancarrota.
Eso desacreditó a la AA, de tal manera que al terminar la temporada, cuatro de sus equipos se mudaron a la Liga Nacional y los otros cuatro vendieron sus derechos, desapareciendo para siempre la AA.
En 1892 quedaba una sola liga, la Nacional. ¿Cómo hacer la Serie Mundial? Pues se resolvió ese año que la temporada se partiría en dos, para sacar dos campeones. Por eso, decidieron jugar los 164 juegos en dos fracciones de 77.
Los Cleveland Spiders ganaron la primera mitad y los Boston Beaneaters la segunda. La Serie Mundial se jugaría para ganar cinco de nueve juegos.
El primer duelo terminó empatado, ya que llegaron las sombras de la noche. Pero luego, los Beaneaters ganaron cinco en fila. Esa fue la última Serie Mundial del Siglo XIX y ocurrió con una sola liga.
En 1893 no se jugó la Serie Mundial, ya que resolvieron no dividir la temporada en dos. Entonces, el propietario de los Piratas de Pittsburgh, William Temple, propuso para el año venidero la creación de la Copa Temple para el ganador de la Serie Mundial (financiada absolutamente por él). Dicha copa la disputarían los equipos de la Liga Nacional que quedaran en los dos primeros lugares de la clasificación, al mejor de siete encuentros.
¡Atención! No se llamaría Serie Mundial, sino “Temple Cup Series”.
Temple encomendó la realización de la copa a un famoso joyero de Nueva York, A.J. Thrall. Le costaría 800 dólares, una fortuna para la época.
Al igual que la Copa Dauvray, se quedaría con ella para siempre el equipo que ganara tres series consecutivas.
En 1894, la divisa que llegó primero, los Orioles de Baltimore, se batió con la segunda, los Gigantes de Nueva York. Los Gigantes ganaron en cuatro juegos.
Esta Copa fue creada por Temple con la ilusión de que sus Piratas la ganaran, pero estos quedaron séptimos en el standing. Temple se entristeció y dijo: “Solo el beisbol es capaz de causar este desastre en mis estados de ánimo y en mis sentimientos”.
En 1895, los Orioles volvieron a llegar primeros, pero los Spiders de Cleveland, segundos, ganaron la Copa Temple.
En 1896 y 1897, los Orioles llegaron arriba en la tabla y ganaron la copa. Pero, debido a que fueron acusados de tramposos, aunado a la baja afluencia de fanáticos a las series y el hecho de dirimir el campeón entre una sola Liga, se eliminó esta Serie de postemporada y desapareció la Temple Cup.
La copa no tuvo dueño definitivo, al igual que la Copa Dauvray. Es exhibida en el Salón de la Fama de Cooperstown.
Desde 1897 hasta 1903 no hubo Serie Mundial. Pero en 1903, se enfrentan por vez primera el campeón de la Liga Nacional con el campeón de la Americana, ya que esta última se funda en 1901. No se jugó en 1901 ni en 1902 debido a que los directivos de la Nacional no aceptaban en un principio al nuevo circuito.
La mesa estaba servida para esta Serie Mundial que dura hasta hoy.
Es historia, amigos.
Joaquín Villamizar
FUENTES: Historia de las Series Mundiales, por Juan Vené. Diario de Henry Chadwick. The man who invented baseball, por Harold Peterson.