Juventud,divino tesoro
Es el nombre del hermoso poema de Rubén Darío, que dice su verso inicial: “Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro… y a veces lloro sin querer…” debido lamentablemente a la violencia desatada en nuestro querido México. La mayor parte de los desaparecidos, muertos y delincuentes en cárceles y en las calles son precisamente jóvenes que forman parte de las estadísticas del dolor profundo de miles de familias. Constituyen un bosquejo del horrible escenario y las aterradoras consecuencias de no acertar con la solución eficaz a este angustioso problema nacional. Estadísticas que nos impiden con certidumbre identificar con mayor precisión esta situación, cada dependencia tiene sus datos.
Tanto en el Informe de la Comisión de Derechos Humanos titulado “Adolescentes: vulnerabilidad y violencia”(2017), como en el reporte del Banco Mundial “Violencia juvenil en México” nos muestra que 7 de cada 10 homicidios de adolescentes de entre 15 y 17 años ocurrieron por arma de fuego, lo que muestra hasta donde ha llegado el contrabando de armas.
Y algo que vale la pena observar, son las condiciones de vulnerabilidad que identifican entre los antecedentes que precedieron al delito: 4% nunca fue a la escuela; 15% sólo cursó primaria incompleta; 17% cursó primaria completa; 28% cursó secundaria incompleta; 20% cursó secundaria completa, y16% cursó algún grado de la preparatoria; 53% dijo que no le gustaba la escuela; 51% calificó la situación económica de su familia como “regular”; 31% calificó la situación económica de su familia como “mala” y dijo que en su casa faltaba comida; 89% de las y los adolescentes habían trabajado antes de ser privados de su libertad, siempre en condiciones precarias y con bajos salarios (habían trabajado como: jornaleros o vendedores de frutas, tacos, pizzas, flores, o bien, repartidores, cargadores, cerillos o ayudantes de albañil, mecánico, herrero, pintor, etc.) y 37% había trabajado desde antes de cumplir 12 años. La pregunta surge: ¿y qué hacemos para superar estas condiciones?
Pobreza, circunstancias adversas, exclusión es lo que lamentablemente generaliza la actitud hacia la juventud del país. En todo caso, destacaría la responsabilidad de la familia y de las autoridades educativas en la educación.
Al actual Programa gubernamental de “Jóvenes Construyendo el Futuro” debemos impulsarlo todos, familia, gobierno y sociedad, con todos los recursos disponibles en nuestra nación. Esta aspiración debería ser una de las prioridades para erradicar a la delincuencia y crear mejores condiciones para el futuro de nuestra juventud. Criticar es sencillo, hacer es difícil, el tiempo se agota._