Cuba pierde en medio del silencio de sus bates

Canadá empieza la justa como en 2015, ganándole a los nuestros, ahora con pizarra de 3-0.

En una noche para el olvido de la ofensiva cubana: apenas dos hits, ambos de rodados; 12 ponches, once de ellos del segundo al quinto bates y ni un elevado a los jardines siquiera, lo dicen casi todo. Así, era imposible que el conjunto de Miguel Borroto debutara ganando en el Premier 12 ante un Canadá que le repitió la dosis de 2015 a la escuadra insular.

Muy poco enseñó Cuba más allá de dos buenos tiros de Roel Santos para evitar que el marcador fuera más abultado, aunque el segundo fue en una de las jugadas locas de los norteños en el corrido de las bases, tratando de anotar con un fly detrás de segunda base, pero con la ventaja de tres y una tanda rival ninguneada hasta el extremo de que sus hombres con experiencia en las principales ligas profesionales del mundo fueron reducidos a K tras K, se podían gastar esa bala.

El ex Grandes Ligas Erisbel Arruebarrena, mantenido de segundo en el lineup, a pesar de que solo tuvo mostró herramientas para ese puesto en el último choque de la preparación con par de bambinazos, se atragantó con tres ponches, yéndole a pitcheos en rompimiento fuera de la zona de strike.

El Jugador Más Valioso de la Serie de Japón, Yurisbel Gracial, y su compañero de los Halcones de SoftBank, Alfredo Despaigne, se fueron par de veces cada uno arrastrando el bate para el banco, y Frederich Cepeda no pudo poner la bola en juego nunca: de 4-4 ponches.

El derecho Phillippe Aumont (8.0. 2H, 9K y 1BB) se ha vuelto un verdugo de equipos cubanos, en la gira por la liga Can-Am en julio pasado le ganó un juego en el que solo permitió un imparable de César Prieto, a quien ahora dominó par de veces con un café amargo incluido.

Aumont jugó a su antojo con los bateadores caribeños, engañándolos con rompimientos en zona mala y atacando con rectas buenas. Entre ponches y batazos por el cuadro fueron 20 sus víctimas, aunque hubo par de errores en tiro del torpedero a la inicial. Añada, par de palomones capturados por los defensores de las paradas cortas y el segundo cojín.

El matador Scott Mathienson liquidó el noveno con trío de la letra letal: la que va entre la J y la M, y sirve para que los ampayas de home expresen sus dotes histriónicas. Nada menos que a la tanda central del lineup.

Del lado opuesto, de calidad fue la apertura de Carlos Juan Viera (5.1, 1CL, 3H, 7K y 4BB), a pesar de que empezó con dificultades en el comando y llegó más allá de lo que había asegurado Borroto que estaría el abridor sobre el box.

En el cuarto inning, durante la segunda vuelta de los bateadores, le combinaron un doble, un contacto débil de Eric Wood que debió ser out si Gracial hubiese atacado la bola, con un imparable del cuarto madero Michael Saunders al bosque izquierdo. En ese capítulo, Roel Santos se lució con un preciso tiro a la antesala para enfriar un corredor con el tercer out antes de que otro llegara al home.

En el octavo probaron su brazo de nuevo, y el muchacho de Niquero, en Granma, volvió a mostrar exactitud, aunque era más que suicida el intento del pisa y corre con un elevado pocos metros detrás del segundo cojín.

Canadá pudo abrir la cuenta en el primer acto, pero fue frustrado un intento de doble robo, después de dos boletos y el cuarto hombre en turno, una jugada tan inexplicable como cuando Borroto en el octavo puso a William Saavedra a correr por Samón y a Raúl González de emergente por César, cuando los cambios debieron ser a la inversa, buscando que un palo del pinareño empatara el choque la única vez que hubo dos cubanos en los senderos.

Si los dos bateadores recién llegados de Japón no mostraron ni un ápice del poder que los llevó a ser temidos en la liga profesional nipona, tampoco pudo exhibir su dominio Liván Moinelo, hermético en su función de preparador con los campeones del SoftBank, quien anoche concedió dos carreras con par de boletos con las bases llenas.

Del bullpen cubano, los Rodríguez se comportaron con dignidad: Yariel sacó cinco out, cuatro de ellos abanicando rivales; Andy ponchó al que enfrentó en el octavo para cerrar el boquete abierto por Moinelo y Yudiel llegó en el noveno con los ángulos congestionados y sin out y dominó a los dos bateadores en elevados al bosque central, el segundo para concluir en jugada de doble play por el home.

Ahora, la selección cubana está obligada a ganarles hoy a Australia y en su tercera salida a los anfitriones del grupo C, Corea del Sur, para avanzar a la superronda y seguir soñando con apropiarse del único boleto olímpico reservado para la región de América.  

La tarea es dura (durísima), pero no imposible.