Schumpeter y la medusa
La medusa es el reflejo de Atenea en un espejo cóncavo. Es un ser acuático y el noventa y cinco por ciento de su cuerpo está compuesto por el mismo fluido en el que habita; no encontramos cerebro en el cinco por ciento restante, puesto que carece de él. Aunque puede moverse por sí sola en sentido vertical, son las corrientes marítimas las que la desplazan horizontalmente, como el viento a la veleta.
Si por algo es conocida la medusa es porque pica. Su aparición en las playas provoca que niños y adultos por igual huyan despavoridos a sus toallas, a excepción de algún valiente que, jugándose la integridad de su piel, decide desafiarla.
Cambio de tercio. Schumpeter y la destrucción creativa, formulación académica del «no hay mal que por bien no venga». Los cambios tecnológicos y organizativos que acontecen en el seno de las sociedades capitalistas destruyen actividad económica vigente para crear otra nueva; la variación de las preferencias del votante en las democracias liberales permite un efecto semejante en el terreno político.
En ocasiones, un varapalo electoral es el inicio de una transformación edificante de cara al futuro. Las encuestas, independientemente de la fiabilidad que se les quiera conceder a tenor de su verosimilitud reciente, comparten, como mínimo, un punto llamativo en común: se avecina una mala cosecha de naranjas.
Y no lo digo pensando en levante, sino en el Congreso. Aquel partido de intelectuales comprometidos con la verdad hace tiempo que perdió la esencia que lo caracterizaba. Ahora marcha ciegamente al Elíseo y prioriza erróneos cálculos personalistas y de partido por encima de la firmeza en la defensa de sus valores fundacionales: es una bestia más en el ruedo de la vieja política que tanto criticaba.
Mientras tanto, cerca de la plaza Alonso Martínez, se afanan en reconstruir ese espacio de centro-derecha que jamás debió sufrir la suerte schumpeteriana; había espacio para ambos, pero los reconquistadores reventaron la estancia.
El domingo hay elecciones generales. ¿Varará, de una vez por todas, la medusa en la arena?