La cumbre más sostenible de la historia
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Basta darse un paseo para darse cuenta de ello. No hay posibilidad de equivocarse, porque un sinfín de papeleras que especifican el tipo de residuo se disponen por todo el recinto. «Aquí se separa y recicla todo», explican Pilar González y Tamara López, encargadas del servicio de limpieza de uno de los pabellones de la zona azul quienes señalan que «lo que más se recoge es papel, material orgánico, casi nada de plástico y apenas vidrio». Y se muestran sorprendidas con el nivel de concienciación de los asistentes, aunque siempre hay, como señalan «algún despistado». Empujan el carrito con bolsas para residuos diferenciados, y llevan una escoba hecha de fibras naturales. «La separación de residuos es estricta, no solo durante estos días, sino también desde el montaje», señalan.
Y es que, como no podía ser de otra manera, Madrid recoge el testigo anunciado por Chile de gestionar el cien por cien de los residuos que se produzcan en el evento. Y ello incluye desde el montaje hasta el desmontaje, ya que todos los materiales utilizados en esta COP25, incluidos equipamiento y decoración de espacios, oficinas y pabellones, serán reutilizados en todo lo posible.
Adiós a las pajitas de plástico
Al entrar en los establecimientos de comida situados en el interior de Ifema, incluido una gigantesca cadena de comida rápida, algo llama la atención: toda una batería de mensajes que promueven el reciclaje. «Gracias por usar una taza de café reutilizable o por depositar tu vaso en el contendor azul», «Cuidemos el planeta», «Cada gesto cuenta» … por si a alguien se le olvida.
Los alimentos sobrantes que se encuentren en buenas condiciones serán donados a personas necesitadas
No hay pajitas ni cierres de plástico para las bebidas, reparten cubiertos de madera, pajitas y vasos de papel reciclables, agitadores para el café de madera biodegradable… Una apuesta por una cumbre sostenible en la que las empresas proveedoras de los servicios de catering han llevado cubiertos, vasos y platos reutilizables o compostables. Lo mismo pasa en las zonas de comida para llevar, donde nos explican que las servilletas son de papel ecológico.
La comida que se ofrece es local y en su mayoría vegetariana. Y, además, sin desperdicio: los alimentos sobrantes que se encuentren en buenas condiciones serán donados a personas necesitadas.
Compensación de emisiones
La estimación media de emisiones que genera una cumbre ronda las 65.000 toneladas de CO2, pero habrá que esperar hasta el final para tener en cuenta el número total de participantes y toda la logística que se ha necesitado. Pero todas las que genere serán compensadas con reducciones certificadas de emisiones de Naciones Unidas, adquiridas por el Gobierno de España y que provienen de proyectos impulsados por bancos de desarrollo. Además, ya asegurado que cancelará más de las necesarias para que haya, holgadamente, un beneficio neto para el clima.