Ortega Smith en Galicia
0
Segundo apunte. Sábado 14 de diciembre. Ortega Smith en Ferrol proclama (el verbo se repite porque las formas discursivas son las que son, grandilocuencia a raudales modulada como arenga a la tropa) que el objetivo de Vox es acabar con el chiringuito del PP en Galicia, y puso como ejemplo el fin de la dinastía socialista en Andalucía, de la que fueron factor determinante al sumar sus votos a populares y naranjas.
Tercer apunte. Domingo 15 de diciembre. Ortega Smith en Lugo matiza que bueno, en fin, que en realidad lo que quieren es que no gobierne una coalición de izquierda, populismo y nacionalismo, y que están dispuestos a apoyar al PP para sostener un Ejecutivo de centro-derecha en Galicia. La única duda es, ¿cómo casa apoyar al PP al tiempo que se quiere «echar» al peligroso nacionalista Núñez Feijóo? ¿Acaso manejan la ensoñación de que el PP estaría dispuesto a apartar a su indiscutido líder con tal de gobernar? La confusión discursiva en Vox es evidente. No tienen claro cuál es el escenario adecuado porque su discurso de mucha España y más España, en Galicia, se mezcla muy mal con el regionalismo que el PPdeG practica desde tiempos de Fraga. Incluso Ortega cuestiona a Don Manuel como un tipo de auténtica derecha, cosas veredes...
Mientras Vox decide exactamente qué quiere hacer y Ciudadanos continúa de luto en el tanatorio donde velan los restos del partido, el PPdeG lo tiene bastante claro. El discurso de Feijóo de salvar a Sánchez del pacto con Podemos y Esquerra no es postureo, sino la demostración de que el centro-derecha tiene vocación de entenderse con el centro-izquierda. La moderación como arma básica frente a los extremos. Mientras el PSOE de Gonzalo Caballero se sabe rehén de un BNG que se echa al monte de la autodeterminación y de lo que quiera que acabe siendo el populismo de izquierdas, el PP vuelve a afrontar la precampaña solo ante el peligro, sin más alianzas que sus propias capacidades para convencer. Vox es el enemigo, como en 2016 lo fue Ciudadanos.
Que nadie se engañe: dividir el voto en la derecha entre dos es regalarle el gobierno a la izquierda. Ahí están los resultados de las generales para quien quiera consultarlos. Y esto, probablemente, no lo proclamará Ortega Smith en ningún mitin.