ERC avisa al PSOE: “El chantaje no funciona”

Las negociaciones entre ERC y PSOE para la investidura de Pedro Sánchez parecen encarriladas, aunque han entrado en una fase de calma tensa. Los republicanos, que han confirmado esta mañana que no han programado una nueva reunión tras la del martes pasado pese a que están manteniendo contactos e intercambiando documentos que “sintetizan” lo que se aborda en las reuniones y ponen en “evidencia” las diferencias que aún existen, han avisado a los socialistas de que el “chantaje no funciona”.

“El chantaje, las amenazas y las presiones no funcionan para hacer replantear la posición de ERC”, ha dicho la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, esta mañana en rueda de prensa. Estas palabras se pronuncian en respuesta a José Luis Ábalos, que ayer apremió a ERC a cerrar un acuerdo de investidura para hacer posible el diálogo. Vilalta, que también forma parte del equipo negociador, ha insistido en que si el PSOE tiene prisa "se debe mover más rápido” porque ya conoce cuáles con las exigencias de su partido. “Nosotros no hemos puesto un calendario encima de la mesa”, ha recordado.

Además, la portavoz de ERC ha advertido de que la investidura “no es una moneda de cambio” para activar el diálogo y la vía política. “El diálogo y la negociación se hacen por convicciones, no a cambio de una investidura. Cuando apostamos por la vía dialogada es porque creemos que es lo que conviene y nos lo pide la ciudadanía”, ha añadido.

En este sentido, esta semana entran en juego dos circunstancias que pueden envenenar las negociaciones. La decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la inmunidad parlamentaria de Oriol Junqueras se conocerá el jueves y Vilalta ha evitado concretar qué acciones emprenderá el partido y cómo puede influir en las conversaciones con el PSOE, pero ha avisado de que se exigirán “rectificaciones” si dan la razón a Junqueras. 48 horas más tarde, Esquerra celebra un Congreso.

Vilalta ha reivindicado que el PSOE haya reconocido que hay un “conflicto político” en Cataluña -en lugar de hablar de “problema de convivencia” como hasta ahora-, pero todavía se deben limar diferencias en torno a la mesa de negociación, que insiste en que tiene que integrar a los gobiernos y debe disponer de un calendario y garantías de que se cumple con los acuerdos.