Se equivocan quienes sostienen que la política se ha vuelto un ámbito hostil, avinagrado, insociable. Ayer se citó muy cordialmente Adriana Lastra con los portavoces de Bildu y las CUP, entre otros grupos parlamentarios más o menos montaraces. «Para conocerse», decía la número dos del PSOE. Eso en Madrid se suele hacer en el Toni 2, un veterano local de copas de la calle Almirante por el que es fácil ver a algunos diputados catalanes, pero esta vez quedaron en el Congreso para darle al contacto tintes más formales. Se trataba, al parecer, de una aproximación para tantearse, explorar afinidades y de paso ahorrarle unas fotos embarazosas a Sánchez, que por su parte se pasó la jornada colgado del teléfono...
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