Condenan a una editorial musical a devolver a un compositor los derechos sobre más 80 canciones

La editorial musical Leiber Music ha sido condenada a devolver al compositor sevillano José Abraham todos los derechos de autor sobre más de 80 canciones, éxitos cantados por David Bisbal, Pastora Soler o Roberto Carlos, por incumplimiento contractual, principalmente, por no liquidar con el autor hispalense los beneficios obtenidos por esta empresa con sus temas. En concreto, el juez Francisco Javier Carretero Espinosa de los Monteros, magistrado de refuerzo del Tribunal de Instancia Mercantil de Sevilla (Sección Primera), ha acordado resolver hasta 53 contratos firmados entre Leiber Music y José Abraham, estimando la demanda interpuesta por éste en su momento. En la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, el juez condena a la editorial musical a que cese cualquier actividad en orden a los derechos que tuviese sobre las obras relacionadas con la demanda. Entre éstas se encuentran éxitos como «La mala costumbre», de Pastora Soler; «El alma en pie» o «Esclavo de sus besos», de David Bisbal»; o «Cobarde», de David Bustamante. El compositor, al que se unieron hasta ocho autores más, demandó a la sociedad por el incumplimiento reiterado de sus obligaciones contractuales, sobre todo, por no efectuar las oportunas liquidaciones de los beneficios correspondientes al autor. Tampoco le daba información del seguimiento de la obra y promoción de la misma. Ya en 2004 pidió romper los contratos En estos contratos, el editor recibe los derechos de reproducción y distribución sobre la obra y sobre el derecho de comunicación pública. Esta ampliación responde tanto a la naturaleza de las obras que edita como a las funciones que asume el editor musical, «próximas a las de un manager». En mayo y julio de 2014, José Abraham envió dos burofax a la editorial musical solicitándole que se le presentara la contabilidad de los últimos años y al no hacerlo, el compositor manifestó su intención de dar por rotos los contratos. Después llegó la demanda. Algunos de los ejemplos expuestos por José Abraham como prueba de estos incumplimientos por parte de la editorial musical son la presencia de dos obras suyas en libros musicales tales como «Lo mejor de David Bisbal» o «Éxitos del pop en español», entre otros, de lo que no había sido informado ni había recibido las liquidaciones sobre los rendimientos de tales ediciones. Tampoco recibió de la editorial, el dinero por la publicidad que se insertaba en sus canciones colgadas en el portal Youtube o por el visionado de estos temas. Ni de muchas de las explotaciones internacionales de sus obras. Estas canciones pueden ser descargadas de forma ilegal en páginas de enlaces u otras webs vulneradoras de los derechos de propiedad intelectual con total impunidad, pero José Abraham no fue informado de acciones llevadas a cabo por la editorial para evitar tales hechos, acreditados ante notario. A la editora no le consta que se hayan producido vulneraciones de los derechos de autor de su cliente. Según el demandante, tampoco ha dado permiso alguno para la transformación de algunas de sus composiciones. Según el tribunal, existe «una voluntad rebelde al incumplimiento» por parte de la editorial musical, cuya relación con el compositor ya era mala desde el año 2012, existiendo una nula relación entre las dos partes. Además, el juez señala en la sentencia la inexistencia de liquidaciones por la editorial al autor sevillano. «Inhumana» carga de trabajo en los juzgados El magistrado Francisco Javier Carretero, quien firma la sentencia favorable para el compositor sevillano José Abraham, refleja en dicho fallo el «inhumano cúmulo de trabajo» que está pendiente en los Juzgados de lo Mercantil de Sevilla, que conlleva una situación de colapso, soportándose una carga de trabajo «notablemente superior» a los indicadores de entrada de asuntos fijados por el Consejo General del Poder Judicial, quien en un informe expone que la carga media de asuntos de estos juzgados en Sevilla alcanzó en 2017 el 686%, siendo la media nacional el 250%. No es la primera vez que este juez aprovecha sus sentencias para reflejar esta preocupante situación.