La «venganza» de un artista en silla de ruedas
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Samuel vivía en una residencia de estudiantes, pero cuando tuvo que mudarse a una vivienda, la administración pasó semanas estudiando el coste de sus necesidades. Como explican desde Unlimited (Sin límites) -una agencia que da apoyo logístico y económico a artistas con discapacidad para poner en marcha sus proyectos-, «esto le obligó a dormir en una habitación de hotel inaccesible, lo que le provocó sentimientos de aislamiento e impotencia». Y es que el cuarto era tan pequeño que no podía moverse libremente con la silla de ruedas y tenía que dormir en ella porque le era imposible meterse en la cama. Tampoco podía entrar en la ducha.
El joven artista se inspiró así en su propia experiencia para crear Welcome Inn, una habitación en el Art B&B de Blackpool (Inglaterra), «un boutique hotel para amantes del arte» -como se define el alojamiento-, y con vocación social cuyas estancias han sido diseñadas por 19 artistas diferentes.
La de Samuel no es solo un lugar donde pasar la noche, sino una instalación artística en la que, en palabras de Michael Trainor, director creativo del alojamiento, «probablemente nadie pase más de una noche» por las condiciones diseñadas para los huéspedes: la cama está metida en un cubo de madera del que es incómodo entrar y salir y la puerta del baño choca con el inodoro así que es imposible cerrarla. Detalles aparentemente sencillos como encender la luz, enjabonarse las manos en un aplicador anclado a la pared que está al revés, o simplemente moverse, son muy complicados.
La habitación está inspirada en la experiencia del artista al haberse quedado técnicamente sin hogar y ser obligado a vivir en un lugar no apto para él. «Como una persona que normalmente evita los hoteles debido a mis necesidades, me vi obligado a experimentar lo que es enfrentar barreras de acceso en un lugar donde muchas personas van a relajarse y disfrutar», explica el propio Samuel. Y añade: «Esto a su vez me hizo interesarme en lo que podría ser la experiencia en hoteles de otras personas con discapacidad, algo que quiero contar a través de esta instalación».
La obra es una auténtica reivindicación: el artista quiere no solo que la gente se enfrente a las barreras de acceso, sino que se dé cuenta de que las personas mayores o con discapacidad no tienen muchas veces un lugar adecuado donde vivir por falta de recursos desde la administración.