Chayito no trae ni para el ‘paisaje’
Ojalá en su XXX aniversario Los Simpson de la misma manera en que predijeron el triunfo de Donald Trump, el triunfo mundialista de Alemania y un largo etcétera de situaciones que los ponen en materia de vaticinios en un lugar más preponderante que a Nostradamus, le explicaran a las autoridades perjudiciales y al ministerio público que no hay manera de que Chayito Robles pudiera escaparse en caso de que dejaran de atormentarla con claros pecados que sin duda no cometió, pues la estafa maestra no existe, son los papás.
Y es obvio, si la dejaran salir del tambo no podría huir como si fuera Lozoya-Lozoyita o Chesarito Duarte, que lo tenían todo planeado para emprender la graciosa huida, sobre todo porque ya nos explicaron sus abogados, si no tiene para el paisaje, mucho menos para el pasaje, diría el gran Efraín Huerta. Además, supongamos que tiene unos dineros ahí escondidos en algún apartamentillo de interés social en Polanco, no habría manera de financiar una escapatoria con toda esa bonita colección de zapatos, bolsas, vestidos Louboutin, Ferragamo, Louis Vuitton que la han hecho legendaria; ni modo que huya en chanclas de pico de gallo y con ropa de Milano.
La izquierda bien vestida, jamás será vencida.
Ahora bien, a pesar de sus exabruptos y acusaciones, tampoco creo que a doña Rosario le den muchas ganas de salir a la calle, más ahora que se ha dado cuenta de que estuvo mal en creerle a mi licenciado Peña que no se preocupara, y que muchos a lo que hubiera creído contlapaches están dado unos bandazos muy extraños: el subjefe Diego no para de ofrecerle su apoyo al Presidente, Fox se la pasa felicitando a la banda de la cuarta transformeichon peor que cuando era palero del PRI y hasta David Páramo, el especialista financiero que parece sacaborrachos de bule que no puede ser más antiamlove, se tomó la molestia de defender al dotor Seade de los fifís que lo acusan de ser un vende patrias. Pobrecita, no se vaya a contagiar.
Ahora, tomando en cuenta todas las turbiedades en la que la metieron —porque ella sería incapaz de haberle hecho una perrada a los más desprotegidos que tenía la obligación de defender—, es lógico que al igual que Jelipillo no se haya dado cuenta de que la estaban chamaqueando. Con tantas empresas fantasma que se tenían que organizar, pues estaba difícil estar pendiente de todo.
Como diría Homero: ¡Mmmh, rosquillas!
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