Cinco personas que han aprendido a convivir con la ansiedad explican su experiencia
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Paloma Torrecillas (33 años) no recuerda su vida sin ansiedad. Con solo 5 años, empezó a sentir una angustia muy fuerte cuando se quedó con una cuidadora y sufrió un ataque. En un principio, no sabía ponerle nombre a qué le pasaba. “Yo lo llamaba tener miedo, pero le tenía miedo a muchas cosas”, explica. Con el apoyo de diferentes psicólogos supo qué le ocurría: tenía ansiedad. Identificarlo -y la ayuda profesional- le ha enseñado que, aunque “siempre vaya a ser una persona ansiosa”, se puede aprender a convivir con esta emoción.