El último Homo erectus sobre la Tierra
Homo erectus, la primera especie humana que caminó completamente erguida, se dispersó por África hace dos millones de años para después colonizar el mundo antiguo, que incluía Asia y posiblemente Europa. Pero hace unos 400.000 años, estos homínidos tan parecidos a nosotros, con nuestras proporciones y un volumen cerebral de unos 1.000 centímetros cúbicos, desaparecieron sin dejar rastro. La única excepción eran unos restos, doce tapas de cráneos y dos tibias, encontrados en la década de 1930 por unos topógrafos holandeses en un lugar llamado Ngandong, en la isla indonesia de Java. Sin embargo, los científicos no eran capaces de ponerse de acuerdo sobre su antigüedad, proponiendo una amplísima gama de fechas posibles desde hace 550.000 hasta 27.000 años.
Ahora, el análisis de un equipo internacional dirigido por investigadores de las universidades de Iowa (EE.UU.) y Macquarie (Australia) y el Instituto de Tecnología de Bandung en Indonesia, ha concluido que esos restos tienen en realidad entre 108.000 y 117.000 años, lo que supone que pertenecieron a los últimos Homo erectus sobre la Tierra. «No tenemos evidencias de que esta especie haya vivido más tarde en ningún otro lugar», dice Russell Ciochon, profesor del Departamento de Antropología en Iowa y coautor del estudio, que esta semana publica la revista «Nature». Sin embargo, advierte de que sus resultados no pretenden datar la extinción de la especie.
«Nuestro trabajo proporciona la antigüedad de la última aparición conocida de Homo erectus, pero esto no implica que esta sea el momento de su extinción», destaca Ciochon. «Pequeños grupos de H. erectus pudieron haber vivido más tiempo sin dejar huellas en el registro fósil».
No obstante, tal como prosigue el investigador, la antigüedad de los restos tiene una importante implicación: «Nuestra investigación muestra que H. erectus no sobrevivió lo suficiente como para encontrarse con los humanos modernos de Java».
Para marcar estas fechas, los investigadores cavaron en Ngandong en 2008 y 2010. Utilizando notas de los trabajos de los holandeses en los años 30, el equipo encontró el lecho óseo original de la especie y lo volvió a exponer, recolectando y fechando con series de uranio 867 fragmentos fósiles de animales. Además, el estudio paralelo de los sedimentos circundantes permitió determinar que el río Solo comenzó a atravesar Ngandong hace al menos 500.000 años, creando con el paso del tiempo su característico paisaje de terrazas. Las estalagmitas de las cuevas también revelaron cuándo se levantaron las montañas al sur. El conjunto de todos esos datos permitió a los científicos negar las edades extremas que habían sido propuestas para este lugar y solidificar Ngandong como el lugar donde más resistió Homo erectus antes de desaparecer.
Muerte masiva
Investigaciones previas muestran que Homo erectus se abrió camino a través del archipiélago indonesio y llegó a Java hace aproximadamente 1,6 millones de años. El momento era óptimo. El área alrededor de Ngandong estaba formada principalmente por pastizales, el mismo ambiente que acunó a la especie en África. Las plantas y los animales eran abundantes. Si bien estos homínidos continuaron aventurándose hacia otras islas, parece que Java permaneció como un hogar o una estación de ruta para algunos grupos.
Sin embargo, hace unos 130.000 años, el ambiente en Ngandong cambió, y también lo hizo la fortuna de Homo erectus . «Hubo un cambio en el clima», explica Ciochon. «Sabemos que los pastizales se transformaron en una selva tropical (que se extiende hacia el sur desde la Malasia actual). Esas no eran las plantas y animales a los que Homo erectus estaba acostumbrado, y la especie simplemente no pudo adaptarse», señala el paleoantropólogo.
Curiosamente, los fósiles son parte de un evento de muerte masiva que ocurrió río arriba de Ngandong y coincidió con estas condiciones ambientales cambiantes. Según los autores, el yacimiento se formó cuando los cuerpos y restos desarticulados fueron arrastrados por las aguas y depositados río abajo.