Sucesos Perú: La joven que falleció electrocutada en McDonald’s ganaba S/4.50 la hora
La joven fallecida recibía el monto de 83.67 soles por 18 horas de trabajo, según a revelado otro trabajador de la sede de Pueblo Libre de la conocida Fast Food
Alexandra Porras habría estado ganando cerca de S/ 4.50 cada hora como trabajadora para esta transnacional, como así se indica en la boleta de pago que recibía cada mes con su sueldo.
Para el abogado laboralista Javier Mujica, este salario es deficiente y es el caso de varios empleados de McDonald´s.
Así mismo, comentó que éstos jóvenes fallecidos podrían haber pertenecido a una modalidad de empleo en la que la empresa no está obligada a pagar beneficios a sus empleados.
Un empleado de la sede de Pueblo Libre, donde ocurrió el lamentable hecho, reveló haber reportado las fallas eléctricas de una máquina dispensadora, asegurando que la empresa es netamente responsable.
Cabe recordar, Carlos Gabriel Edgardo Campos Zapata y Alexandra Antonella Porras Inga, dos trabajadores de 18 años de la cadena de comida rápida McDonald´s, fallecieron la madrugada del último domingo 15 de diciembre luego de recibir una descarga eléctrica cuando realizaban labores de mantenimiento en la cocina del local ubicado en el cruce de las avenidas La Marina con Universitaria, en el distrito de Pueblo Libre.
Su fallecimiento causó que varios trabajadores de fast foods denunciaran por redes sociales los abusos que sufrieron en este tipo de empresas. Según ellos, los gerentes de las tiendas donde trabajaban les impedían retirarse del lugar si no cumplían con la limpieza del local.
Es decir, no respetaban que su horario culmine a una hora; si los jóvenes no terminaban de trapear o baldear la cocina u otros espacios de la tienda, no podían retirarse. Esto a cambio de un bajo sueldo.
La madre de Alexandra Porras exigió el cierre definitivo del local de Pueblo Libre. Según narró, su hija le contaba que le permitían descansar durante poco tiempo.
Alexandra empezaba a trabajar a las 7 de la noche y las culminaba a las 7 de la mañana. En ese lapso no tenía tiempo para descansar y, cuando se lo permitían, debía hacerlo de pie.