«Es fundamental que en materia de movilidad haya una autoridad nacional»

Mario Armero ha comandado la patronal de los fabricantes de automóviles de España, ANFAC, durante los últimos 8 años. Llegaba al cargo al cargo de vicepresidente ejecutivo con el reto era recuperar a una industria que había sufrido mucho durante la crisis. En este tiempo el mundo, la sociedad y la industria del motor han vivido cambios importantes. Tras ocho años al frente de la patronal de los fabricantes de automóviles de España, el 30 de diciembre deja su cargo. Cogió el puesto con una producción de 1,7 millones de vehículos y se marcha con 2,8 millones de ensamblados en este año en España. –¿Cuándo llegó al cargo de vicepresidente ejecutivo de ANFAC hace ocho años podía imaginarse todos los cambios que se han vivido en el sector? – No. No eran imaginables tantos cambios. Cuando tomé las riendas de ANFAC nos encontrábamos ante el reto de recuperar el mercado del mercado derivado de la crisis. Eso era en el año 2012. Ahora, en el 2019, nos encontramos con unos retos completamente diferentes. Tenemos que acostumbrarnos a que vamos a vivir tiempos de incertidumbre en el mundo de la automoción. Ha cambiado el paradigma totalmente. –Al poco tiempo de llegar al cargo, presentó el «Plan 3 millones». Hoy, ocho años después, estamos cerca ¿El plan de 2012 era demasiado ambicioso? –Me voy con 2,8 millones producidos en las fábricas españolas. Hay que tener en cuenta que en 2012 estábamos en 1,7 millones, por lo que hay que decir que hemos tenidos un crecimiento y una consolidación importante. La fabricación de coches en España está evidenciando su resiliencia. Este 2019, que ha sido un año complicado, pero España ha resistido mejor que otros países competidores como Alemania, Francia, Reino Unido o Italia. Además, hay bastantes analistas que consideran que en 2020 se alcanzarán los tres millones de coches producidos. –¿Ha cumplido los principales objetivos que se fijó al llegar al cargo? –Si el objetivo era ayudar al sector a consolidar mercado y producción, creo que se han conseguido los resultados. Pero este sector nunca se para y ahora tenemos nuevas situaciones que requieren unas nuevas actuaciones. Creo que hemos hecho una labor razonable. Entramos en una nueva fase, con el vehículo electrificado, autónomo y conectado en el centro de los retos a los que se enfrenta el sector el automóvil. Estamos en un periodo de incertidumbre que se plasman en tres desafíos: la lucha contra el cambio climático, la mejora de la calidad del aire y la congestión de tráfico en las ciudades. Demonización del diésel –¿La demonización del diesel es culpa de los políticos o de las mentiras de algún fabricante que dio origen al denominado «dieselgate»? –Creo que hay una contribución de múltiples factores que han intervenido en la demonización del diesel. El «dieselgate» produjo un cierto desenganche del sector de la automoción con la sociedad. Creo que la electrificación es una oportunidad para reengancharse de nuevo con la sociedad. Pero también ha habido una seria de actuaciones o declaraciones desde el mundo político que creemos que eran erróneas y lo manifestamos en ese momento. Lo que hay que hacer es pasar página a todas esas declaraciones de demonización. Sabemos que el mercado de particulares en España está en caída y que este año se está sufriendo porque hay dudas entre los clientes a la hora de adquirir un turismo. Pero creemos que todo esto es reversible y que se puede hacer una política de comunicación, normativa y de financiación a favor de los vehículos de bajas emisiones. –¿Los fabricantes han estado lentos a la hora de contrarrestar la idea que ha calado en la sociedad de que el automóvil es uno de los principales culpables del cambio climático? –Creo que no hemos estado lentos. El sector de la automoción es el primer inversor en I+D de toda Europa y gran parte de esta inversión en innovación se vuelca en conseguir productos con más bajas emisiones. Creo que hay una oferta importante de modelos cada vez más ecológicos. Es posible que quizás todos hayamos tenido un problema de comunicación y no hayamos sabido transmitir a la sociedad lo que son los aspectos técnicos que rodean al motor de combustión. No hemos logrado que cale en el consumidor que un vehículo nuevo es algo bueno para la sociedad. Yo siempre lo digo, comprarse un coche nuevo es bueno y si es eléctrico, mejor. Esa es la política de comunicación que desde ANFAC y desde el sector no hemos sabido transmitir a la sociedad. En titulares: Liderazgo mundial Hay una oportunidad de que España mantenga su liderazgo mundial en un entorno diferente al actual Coche eléctrico Hay que seguir impulsando la electrificación donde hasta ahora la acción política ha sido insuficiente Autocrítica Teníamos que haber sido más pedagógicos respecto a los motores de combustión Ministerio de Industria La clave es el peso que tiene la cartera de Industria dentro de los Gobiernos. Nos gustaría que le dieran más importancia Parque envejecido El problema más grave es la edad media del parque móvil en España Ayudas a la compra El Plan Moves ha estado mal diseñado y mal ejecutado –¿Cómo afectará a las fábricas españolas el objetivo de emisiones que entra en vigor a partir del 2020? –Las fábricas españolas están preparadas para cumplir con la exigencia. En el año 2020 la producción va a tener un comportamiento razonablemente fuerte, pero hay que pensar más allá de 2020. Hay que tener una visión más estratégica de la automoción en España. Tenemos que poner en valor que ya se han adjudicado dieciséis modelos electrificados en las plantas españolas, lo que es una excelente noticia. –¿Es realista el objetivo de tener cinco millones de coches electrificados en España en 2030 como contempla el Plan de Energía y Clima? –Nosotros para el año 2030 tenemos una previsión más modesta, que pasa por alcanzar los tres millones y medio de vehículos electrificados circulando por las carreteras españolas. Para conseguirlo hay que acompañarlo de un plan de infraestructuras de puntos de recarga que contemple varios aspectos. Hay que tener un plan de interoperabilidad, con un registro a través de una plataforma que identifique dónde están esos puntos de recarga. A lo que hay que sumar que las licencias municipales para instalar un punto no tarden un año. Por ello pedimos una declaración de utilidad pública, para facilitar el despliegue de la instalación de enchufes de recarga. Por último, tiene que haber una política de incentivos a la adquisición de coches electrificados como la hay en toda Europa, pero tiene que ser continuada. Ayudas a la compra –¿La política de incentivos para la adquisición de coches electrificados debe de ser a nivel nacional? –El Plan Moves ha estado mal diseñado y mal ejecutado. No debe de haber un plan repartido entre diecisiete autonomías y dos ciudades autónomas. Tiene que haber un plan nacional que permita una acción publicitaria que facilite un conocimiento de estas ayudas por parte del cliente. –¿Puede España mantener su posición de fabricante destacado en Europa sin tener una fábrica de baterías en territorio español? –Compartimos el objetivo de la ministra Reyes Maroto de que España atraiga inversión para la implantación de fábricas de baterías para vehículos eléctricos. Pero a medio y largo plazo, sí, es necesario una fábrica de baterías en nuestro territorio. –¿El Acuerdo Estratégico de Automoción que ha puesto sobre la mesa la actual ministra en funciones de Industria Reyes Maroto es la solución que necesita el sector? –Creemos que es un excelente punto de partida. Pero la solución implica una involucración de todos los ministerios y todas administraciones, autonómicas y municipales. Es fundamental que en materia de movilidad haya una autoridad nacional y una ley nacional que proporcione cohesión a todos los territorios. –Baleares y Cataluña están regulando medidas restrictivas a los coches térmicos que son más exigentes que las normas generales ¿Hace falta unificar las normas a nivel nacional? –Es necesaria una cohesión a nivel territorial porque la mejora de la calidad del aire y el cambio climático no tiene soluciones locales. Por eso creemos que debe de haber una autoridad de movilidad y una ley de movilidad que sea nacional. –¿El coche eléctrico es cero emisiones sólo sobre el papel? –Creo en el concepto de la neutralidad tecnológica y en que todas las tecnologías que reduzcan las emisiones son necesarias para el futuro. Pero no olvidemos que el problema más grave es la edad media del parque móvil en España y hay que trabajar sobre la renovación del parque. –Durante sus ocho años de mandato ha coincidido con cuatro ministros de Industria (José Manuel Soria, Luis de Guindos, Román Escolano y Reyes Maroto) ¿Con cuál de ellos le ha resultado más cómodo trabajar y con cuál ha sido más complicado? –Nos ha ido muy bien con todos los ministros de Industria. Todos ellos, como se ve con la actual ministra en funciones Reyes Maroto, han dejado claro que el sector de la automoción es importante. La clave es el peso que tiene la cartera de Industria dentro de los Gobiernos. Nos gustaría que le dieran más importancia. –¿Cree que la administración es consciente de la automoción aporta el 10% del PIB nacional y que las políticas que impulse pueden tener un efecto dominó sobre el empleo en España? –El Gobierno es consciente. Otra cosa es que la acción política vaya encaminada a facilitar la automoción. Creo que hay consenso sobre que España necesita tejido industrial, no podemos centrarnos solo en los servicios. –De lo hecho durante estos 8 años ¿De qué está más orgulloso? –De haber creado un buen equipo en ANFAC, creo que es el mejor equipo asociativo de España. También de que ANFAC se haya abierto y actualmente tenga el doble de socios que cuando llegué. Y, por último, de que hayamos podido contribuir a sensibilizar a la sociedad española respecto a la importancia de la industria del motor. Comunicación –¿Qué cree que debería haber hecho mejor? –Teníamos que haber trabajado mejor en la comunicación en temas como el cambio climático, la calidad del aire o nuevas medidas de movilidad. Teníamos que haber sido más pedagógicos con los motores de combustión. –¿Qué le hubiera gustado hacer y no ha tenido tiempo? –Trabajar más en la integración del automóvil con el nuevo ecosistema del transporte y la movilidad. –¿El coche del futuro será obligatoriamente eléctrico? –No. Será eléctrico y habrá otras tecnologías. –¿La oferta de modelos electrificados que están lanzando las marcas es la respuesta a una demanda o al miedo a las sanciones? –Es por obligación y por vocación. Ambas cosas. Todas las marcas quieren participar en los objetivos de desarrollo sostenible, en reducir las emisiones, en mejorar la calidad del aire en las ciudades. Hay que alinear la agenda climática y la agenda de productos de automoción. Pero no son solo productos, también son servicios de movilidad que ya están lanzando las marcas y que inciden directamente en el medio ambiente. La industria de la automoción se convierte en industria de la movilidad y las marcas van a jugar un papel fundamental. –¿Cuáles son los principales retos a los que se tendrá que enfrentar su sustituto/a? –Yo hablaría de oportunidades. Creo que ahora hay una oportunidad de que España se consolide como referencia dentro de la industria de producción y en mercado. Para ello hay que volver a tener la confianza al ciudadano y mejorar el mercado con la venta de coches de bajas o cero emisiones. Para ello hay que seguir impulsando la electrificación donde hasta ahora la acción política ha sido insuficiente. En cuanto a las vulnerabilidades hay que pensar en los años 2030 y 2040, con nuevas realidades de mercado y de demandas, hay que pensar cuál será el papel de España en ese nuevo ecosistema mundial. Para ello hemos hecho nuestro plan estratégico que se presentará en los próximos meses. Hay una oportunidad de que España mantenga su liderazgo mundial en automoción en un entorno radicalmente diferente al actual. –¿Dónde se ve Mario Armero dentro de unos meses? –Me veo en temas vinculados a la inversión extranjera en España que es en lo que casi siempre he estado vinculado. España es atractiva para los inversores extranjeros y a mí me gusta ese campo. Ahí estaré.