Enrique Ossorio: «La tercera hora de educación física se implantará en 2020-21»
El responsable de la Educación de más de un millón de alumnos en Madrid defiende la calidad de la enseñanza en todas sus fórmulas, pública, concertada y privada. No le gusta el pin parental y quiere limitar el uso del móvil. Y anuncia una novedosa ampliación del tiempo dedicado a la Educación Física en las aulas.
—¿Está amenazada la enseñanza concertada?
—A estas alturas de la película, resultaría absurdo que estuviera amenazada. La enseñanza concertada es un modelo asentado en España desde 1985, y discutirlo sólo es debido a que en España tenemos una de las izquierdas más primitivas de Europa, que continuamente está reabriendo debates del pasado.
—¿El Gobierno de la Comunidad favorece a la concertada frente a la pública?
—Lo que queremos es atender la demanda de las familias. Si las hay que quieren llevar a sus hijos a la educación pública, estupendo, para eso invierto el 90 por ciento de mi tiempo todos los días. Pero si hay un 30 por ciento que quiere llevarlos a la enseñanza concertada, tendremos que poner los medios para que esos padres lo consigan también.
—¿Qué opina del pin parental? ¿Habrá en los colegios madrileños pin parental?
—Tal y como se describe el pin parental, no. Lo que queremos es, por la vía de la transparencia, permitir al final que sea lo mismo: antes de que los padres matriculen a sus hijos en los centros educativos, que éstos cuenten su ideario, las actividades extracurriculares y extraescolares, las charlas que se van a producir, de manera que los padres puedan conocer qué es el centro y qué se imparte allí. Y si no les gusta, que vayan a otro.
—¿Y si Vox hace “casus belli” de esto, y decide no aprobar los presupuestos si no hay pin parental?
—Cada partido político es libre de actuar y de asumir las consecuencias de sus decisiones. Pensamos que el pin es poner en tela de juicio algo que no queremos: la autoridad del profesor. Y tampoco estamos de acuerdo con que baje la calidad científica de lo que se explica en las aulas: los padres no tienen un derecho de veto, de objeción de conciencia sobre los conocimientos de sus hijos. Que unos padres que no creyeran en la evolución de las especies, prohibieran que su hijo estudiar Biología, no lo podríamos compartir.
—¿Se va a extender el cheque escolar?
—El cheque escolar es algo que en el terreno de las ideas puede sonar bien, y que si estuviéramos en 1985 a lo mejor podría funcionar. Pero ahora mismo, la Comunidad de Madrid no lo podría implantar, desde una visión maximalista, porque la educación concertada está regulada en unas normas orgánicas que son competencia del Estado y que nosotros no podemos alterar. Ahora bien, en las etapas no obligatorias, como infantil y Bachillerato, ya tenemos implantados cheques escolares, y estamos dispuestos a avanzar en ellos.
—¿Le han preocupado los últimos datos del informe Pisa?
—Me habría preocupado que Madrid hubiese bajado 6 puntos en ciencias y 7 en matemáticas. Hubiésemos puesto medios para reforzar esas asignaturas. Pero evidentemente, una bajada de 29 puntos, que es un curso, en ciencias, y de 17 en matemáticas, no me ha preocupado porque como es algo imposible, ni lo considero. Me ha preocupado que hayan perdido todo el crédito que tenían unas pruebas como Pisa
«El pin es poner en tela de juicio algo que no queremos: la autoridad del profesor»
—¿Los errores cometidos ponen en cuestión los resultados del estudio?
—Claro; nosotros con los medios que tenemos en la Comunidad hemos mirado la base de datos y hemos visto unos errores tremendos: había muchos jóvenes madrileños de 15 años que, a la pregunta de si los aviones están hechos con perros, respondían que sí. Ha habido un error, que se ha concentrado en la parte de comprensión lectora, pero incide también en matemáticas y ciencias porque al 60% de alumnos, que no se examina de estas materias, se le estimaba la nota partiendo de la de lectura, que tiene esos errores tan garrafales. Nos ha decepcionado mucho PISA.
—¿Las horas de Educación Física que se imparten no son escasas?
—Pues sí. El 70 por ciento de los jóvenes en Secundaria no hace el deporte que debiera, y en Primaria el 55 por ciento tampoco. Por eso, queremos implantar una tercera hora de educación física a partir del próximo curso.
—¿Cómo se hará?
—Hay dos posibilidades: o ampliar el horario en una hora, o quitar una hora de otra asignatura. Si añadimos una hora, nos encontramos con muchas críticas y además hay otro problema de operativa: el sistema de transporte y comedor escolar se vería alterado. Hemos descartado hacerlo como una hora más. Entonces, pasamos a la otra fase: hay que quitar una hora, y ver de dónde se quita. En el curso 2020-21 se implantará en primero y segundo de ESO la tercera hora, y en el curso 21-22 en tercero y cuarto. Vamos a quitar una hora de las asignaturas específicas opcionales y las de libre configuración autonómica, que es una lista de 18 asignaturas, materias como educación plástica, música, recuperación de lengua, taller de ajedrez, robótica … En FP básica, no tenían educación física y la idea es que tengan dos horas. Empezaríamos en el curso 20-21 en primer curso, y en el 21-22 por segundo. En Primaria, hemos pensado que si quitáramos, no hay otra opción que quitar de las troncales, y como creemos que eso no es adecuado, vamos a hablar con los centros para que en cada uno se apruebe un plan de incremento de la educación física, esos espacios temporales de antes de las clases, la hora del comedor o en los recreos. Y también por actividades extraescolares.
—¿Sigue adelante su idea de que los móviles no entren en las aulas?
—Si, por supuesto, porque los móviles generan dos efectos perniciosos: uno es el de distraer. Y luego también, porque queremos luchar decididamente contra el acoso escolar, y desgraciadamente el móvil es un instrumento que se utiliza para acosar. Tiene unos usos buenísimos, que yo no debato ni discuto, pero tiene ese mal uso y por tanto estamos decididos a suprimirlo: vamos a modificar el decreto de convivencia y vamos a obligar a que no puedan utilizar los móviles en las clases.
—Proponen replantear el bilingüismo. ¿Significa más o menos bilingüismo?
—Significa bilingüismo con mejores resultados. Estamos muy satisfechos pero pensamos que se puede mejorar: ahora mismo lo estamos expandiendo en la etapa 3-6 y lo estamos introduciendo en 0-3. La idea es que estas etapas tengan mayor peso, porque es la época en que el cerebro de los niños coge con mayor facilidad una segunda lengua, y la idea es que en Secundaria las asignaturas principales las den en castellano. Ahora mismo, dan el 30 por ciento de las asignaturas en inglés, incluida la Historia.
«Los móviles en el aula distraen y se utilizan para acosar; tienen ese mal uso y estamos decididos a suprimirlos»
— ¿Qué resultado ha dado adelantar los exámenes de septiembre a junio?¿Piensan mantener este cambio?
—Estamos analizándolo. Pensamos que ha sido bueno, los principios de curso son más ordenados. Tiene una ventaja, y es que se encaja con lo que pasa en las universidades, que examinan también en junio-julio. En general, los resultados son mejores ahora que cuando los exámenes eran en septiembre. Pero encontramos algunas deficiencias que estamos estudiando: los alumnos que han aprobado todo están unas semanas con escasa actividad. Y se constriñe más el curso. Estamos satisfechos, pero vemos esos dos problemas básicamente.
—Su consejería está en el punto de mira de Vox. ¿Le resulta incómodo?
—No, en absoluto. Está en el punto de mira de todo el mundo: también de los partidos de izquierdas, que están todo el día con el tema de la concertada, que es un tema antiquísimo. Vox da mucha importancia a la educación, y me parece muy bien. Nosotros también se la damos. Nos comprometimos en el acuerdo de investidura a una serie de cuestiones, como la libertad de cátedra, la libertad de elección, ampliar el cheque escolar. Estamos dispuestos a cumplirlas por que todas ellas nos parecen bien.
—Usted que ha sido consejero de Hacienda, ¿cree que el presupuesto de Educación es suficiente?
—Aunque me he convertido en responsable de una consejería «gastadora», mi mentalidad no ha cambiado. Lógicamente, ahora quiero tener los máximos recursos en esta consejería, para hacer más obras, más centros educativos, par revolucionar la FP, y para eso hacen falta más recursos. Pero como vengo de Hacienda, creo que también es importante hacer todas esas cosas con eficiencia. Al final, no es tanto el dinero que te gastas sino las políticas que implementas. No necesariamente las comunidades que gastan más dinero tienen mejores resultados educativos. Como consejero, voy a tener que conseguir más recursos para invertirlos en centros y mejorar la situación de otros, pero sigo teniendo mi espíritu hacendístico que entiende que cumplir los objetivos de déficit es muy importante para todos.
—¿Se han revertido ya todos los recortes que hubo en materia de profesorado?
—En materia de profesorado, este año tenemos la cifra más alta de profesores: 53.000. Tantos e incluso más que antes de la crisis. Y 160 millones de euros en becas. Este año tenemos 17.000 alumnos más que el curso anterior.
—¿Qué es eso de que van a revolucionar la formación profesional?
—Acabamos de celebrar el consejo de la formación profesional, y hemos planteado hacer un libro blanco de la FP, para ver en qué situación se encuentra y hacer propuestas para mejorarlas, que debatiremos con sindicatos y empresarios y con la comunidad educativa. Hemos puesto encima de la mesa incrementar la FP dual, porque tiene un grado de inserción laboral enorme, del 80 por ciento. Queremos incrementar los alumnos al menos un 20 por ciento en ella. También tiene la Comunidad pocos centros integrados, donde además de dar las titulaciones de FP regladas, también se dan titulaciones de empleo. Queremos extenderlos. Luego también queremos hacer pasarelas con la universidad. Que chicos que hacen la FP superior tengan fácil pasar a la universidad, o viceversa, que también existe. También queremos mejorar la movilidad de alumnos y profesores con becas Erasmus plus. Y que haya alianzas estratégicas entre empresas y centros de formación profesional. Y que haya un observatorio para ver qué habilidades hay y que alguien esté pendiente de por dónde va la industria para que las titulaciones vayan en esa dirección. La FP ha crecido, a día de hoy, el 8 por ciento: tenemos más de 100.000 alumnos y es el tipo de educación que más ha crecido.
—¿Cree que hay que mantener los centros de educación especial?
—Todo el mundo prefiere la integración, y los padres de los chicos que tengan algún problema o discapacidad, nada habría más satisfactorio que sus hijos pudieran ir a un colegio ordinario. Pero cuando visitas un centro de educación especial te das cuenta de que eso chicos que están allí no pueden estar en un centro ordinario porque va a ser mucho peor para ellos: sería una educación exclusiva, los excluyes de la sociedad, mientras que en un centro de educación especial, con medios adecuados, vas a conseguir que ese chico obtenga sus máximas posibilidades dentro de las capacidades que tenga. Por eso, hay padres con hijos en esta situación que les da horror solo oír hablar de que esos centros se supriman. De los 53.000 niño que hay en Madrid con necesidades especiales de aprendizaje, el 90 por ciento están en colegios ordinarios con apoyos, que es muy deseable, pero hay un 9,5 por ciento que están en un centro de educación especial, porque por sus capacidades les es imposible seguir el ritmo de un centro ordinario.
—¿Qué espera , en relación con su área, del nuevo gobierno de España PSOE-Podemos?
—Deseo que estropeen lo mínimo posible. Conociéndoles como les conozco... les veo en posturas muy radicales, muy primitivas y antiguas, y me da horror que puedan legislar en materia educativa y deshacer lo que se ha hecho. Creo que Madrid va a ser el enemigo a abatir, porque es una región donde hemos potenciado desde hace 25 años la libertad, quitando trabas a las empresas, rebajando impuestos y así mejorando la recaudación, con libertad sanitaria para elegir médico, hospital o enfermero, con libertad educativa para que el 93,7% de los padres en el inicio de curso haya elegido el colegio en el que ha matriculado a sus hijos. Podemos y el PSOE no van a querer que esas políticas sigan adelante. Espero que estropeen lo mínimo posible la situación de España y la de Madrid.