Un año con la 4T
El gobierno de la ‘Cuarta Transformación’ (4T) apostó por mantener el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Con ello se prolongó el endeble equilibrio macroeconómico, y se aumentó el salario mínimo sin que hasta ahora la medida disparara la inflación. En lo político, la 4T diluyó la imagen de frivolidad y suntuosidad asociada al ejercicio del servicio público (especialmente el federal) y, aunque el gobierno efectivamente bajó en aprobación, goza aún de una popularidad y capital político muy relevante. También impulsó reformas a las leyes laborales para facilitar la democracia sindical y para enmendar la vieja deuda social que tenía el país con las trabajadoras del hogar.
No obstante, la 4T parece resultar una máquina para generar desconfianza entre los inversionistas. Lo ha logrado con temas como la cancelación del aeropuerto en Texcoco, con una nueva refinería y con los contratos de empresas privadas que transportan gas natural por gasoductos.
La 4T es un gobierno que se le complica llevar la economía, niega los datos oficiales y responde con ‘otros datos’ no verificables, a quienes cuestionan las políticas o a las calificadoras internacionales que disminuyen la calificación crediticia.
Se dijo que el crecimiento del Producto Interno Bruto sería de 6%, después lo redujo a 4%, posteriormente dijo que sería de 2% y ahora se admite el 0%. Si bien es cierto que el crecimiento económico no es necesariamente un indicador de bienestar, fue el propio gobierno de la República quien fijó las metas.
El gobierno de la 4T reformó la ley para entregar, en los hechos, la educación básica del país a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que representa lo peor del sindicalismo; condujo la política migratoria mexicana situándola al servicio del presidente Donald Trump.
Se ha sobre expuesto al gobierno federal, mediante las conferencias matutinas diarias. Sin duda, el elemento que más lastima al gobierno federal, es el relativo a la incidencia diaria promedio de homicidio doloso a nivel nacional, que hoy alcanza la terrible cifra de 95 casos (promedio). El número más alto desde que se tiene registro en nuestro país (1997).
Con las medidas de austeridad se han ahorrado 145 mil millones de pesos. La cobertura de los distintos programas sociales alcanza a 21 millones de personas. Se realizaron ocho reformas constitucionales, entre las que destacan la creación de la Guardia Nacional, la paridad de género en los tres poderes y órdenes de gobierno, la extinción de dominio, la revocación de mandato y la consulta popular. Todas las reformas aprobadas por el Congreso suman, hasta hoy, una más respecto de las que en el mismo período consiguió el gobierno de Felipe Calderón [siete] y dos más respecto a Enrique Peña Nieto [con seis cambios a la Constitución], en su primer año de gobierno.
Uno de los retos que enfrentará el Presidente de México durante su segundo año de gobierno, será lidiar con un Donald Trump, que será Presidente en funciones y candidato a la vez. Un desafío diplomático porque se intentará, por todos los medios, usar a México como sparring electoral a fin legitimar sus propuestas, ante su base electoral radical.