El descontrol del coronavirus en las residencias de Aragón deja ya más de 500 muertos y 2.100 contagiados
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El 26 de febrero, cuando el drama del coronavirus azotaba a Italia y la epidemia ya estaba en España, el Gobierno aragonés ofreció una rueda de prensa en la que insistió en trasladar una imagen de tranquilidad e incluso equiparó el coronavirus a una mera gripe.
Apenas diez días después de esos mensajes oficiales, el Covid-19 ya estaba corriendo con cruel letalidad por residencias de ancianos de la región, mientras empezaban a surgir cada vez más voces que exigían a la Administración autonómica -dirigida por el presidente Javier Lambán- que les facilitará a esos geriátricos medios y medidas eficaces para combatir el coronavirus, recursos de los que carecían de forma cada vez más acusada.
A primeros de marzo saltaron los primeros casos de residencias con infectados por coronavirus. Y en cuestión de días, la lista fue creciendo de forma devastadora.
Propagación sin freno
La incapacidad de la Comunidad autónoma para frenar la propagación del Covid-19 entre sus geriátricosha ha sido patente y prolongada, a tenor de los propios datos reconocidos por el Gobierno aragonés: el 19 de marzo eran doce los geriátricos infectados, solo nueve días después eran 90
residencias infectadas con el coronavirus, y ahora la lista asciende a 137. Todo eso obre un total de 344 geriátricos repartidos por todo Aragón, entre públicos y privados, todos ellos bajo la supervisión y tutela administrativa y sociosanitaria del Gobierno autonómico.
Es decir, durante este mes de abril, pese a las medidas anunciadas por la Administración autonómica, el coronavirus se ha extendido por otros 47 geriátricos aragoneses, con la consiguiente estela de muertes que lleva consigo.
Los datos facilitados por el Gobierno aragonés este 23 de abril, festividad de San Jorge, evidencian la dimensión de ese desastroso panorama: 103 geriátricos infectados en Zaragoza, 18 en Huesca y 16 en Teruel; 2.127 contagios de coronavirus confirmados en esos centros -hay que recordar la escasez de test y pruebas de detección- y al menos 501 fallecidos por Covid-19. Al menos 501, porque el dato incluye exclusivamente aquellos que han muerto y se les había diagnosticado el coronavirus; los muertos sin diagnóstico confirmado de Covi-19, aunque presentaran síntomas de la enfermedad, no constan en la estadística oficial.
A esos negros datos se suman los cientos de trabajadores de residencias que han resultado contagiados por coronavirus, todo ello tras semanas de acusada escasez de medios básicos de protección para evitar infecciones, como mascarillas o guantes.