El gobierno italiano en crisis, pendiente de un hilo
Italia comienza el nuevo año en medio de un enorme caos político, con el Gobierno de Giuseppe Conte pendiente de un hilo por el ultimátum del exprimer ministro Matteo Renzi, líder de Italia Viva, que amenaza con retirar a sus dos ministras del Ejecutivo. Desde hace semanas, los italianos asisten a un escenario desconcertante de una agria batalla política en el seno de la coalición de gobierno, con una serie de vetos, ultimátum y enfrentamientos políticos y personales. Conte ha perdido el control de la mayoría gubernamental. El espectáculo político, agitado sobre todo por Matteo Renzi, es absurdo e incomprensible para los italianos, cuyas preocupaciones hoy son la grave crisis económica y la emergencia sanitaria por el Covid, que se ha cobrado ya casi 75.000 muertos, con una media de 500 fallecidos cada día en las últimas semanas, y más de dos millones de contagiados desde el inicio de la pandemia.
El exprimer ministro Renzi ataca al gobierno sobre todo por su programa sobre el Fondo de Reconstrucción europeo, que cuenta con 209.000 millones de euros. El líder de Italia Viva lo considera un plan «sin ambición y sin alma», criticando que no se haya contado con su partido y que se haya marginado al Parlamento. Cuando estaba en el poder, Renzi odiaba las permanentes luchas entre los partidos de izquierda y atacaba duramente a los pequeños partidos por sus tácticas para desgastar al gobierno. Resulta curioso que ahora Matteo Renzi se ha transformado en lo que antes criticaba ferozmente: un líder de un minúsculo partido (los sondeos le dan escasamente un 3 % de votos) de una izquierda dividida y propensa a la permanente lucha política.
Giuseppe Conte ha aceptado en parte algunas propuestas de Renzi. Pero el líder de Italia Viva ha continuado con sus ultimátum y amenazas: «Nuestras ministras dimitirán si no se acepta nuestro plan», ha reiterado Renzi. El enfrentamiento es ya político y personal. El primer ministro ha decidido llevar la crisis al Parlamento en la próxima semana, para comprobar si el gobierno cuenta con el apoyo suficiente. Italia Viva tiene 30 diputados (630 son los escaños en la Cámara) y 18 senadores de un total de 315. Estos últimos pueden ser decisivos, porque el gobierno cuenta con una escasa mayoría en el Senado. Giuseppe Conte confía en disponer de algunos votos al margen de los cuatro partidos que forman la mayoría: Movimiento 5 Estrellas, Partido Democrático, Libres e Iguales e Italia Viva. El trasfuguismo político está a la orden del día en la política italiana. Al llevar la crisis al Parlamento, varias son las posibilidades, entre ellas que se llegue a una remodelación del gobierno. Incluso Giuseppe Conte se podría ver obligado a dimitir, aunque no cabe descartar que vuelva a ser encargado por el presidente de la República para formar nuevo gobierno.
Todo es posible hoy en la confusa política italiana. Lo que parece claro es que la mayoría de los parlamentarios no quieren elecciones generales, porque más de la mitad no serían reelegidos. Hace tres meses se aprobó en referéndum una reforma que redujo los diputados de 630 a 400 y los senadores de 315 a 200. Además, si se convocan los comicios, se entregaría el gobierno al centro derecha, que ganaría claramente las elecciones. Con el premio que da la ley electoral a la mayoría que triunfa en las urnas, el centro derecha podría obtener el 60% de los escaños del parlamento, según las encuestas.
En su mensaje de fin de año, el presidente de la República, Sergio Mattarella, invitó a los políticos a «no perder el tiempo, ni desperdiciar energías para perseguir ventajas partidistas ilusorias». La advertencia era muy clara, pero ningún político se dio por aludido. Muy pronto se verá si los políticos unen sus fuerzas, como piden los italianos, para atajar la pandemia y salir cuanto antes de la grave situación económica, o si antes se llega al enésimo ajuste de cuentas de su clase política.