Los jugadores de la pandemia
Con una competencia a la velocidad de la luz, dada la urgencia de hallar una vacuna contra el enemigo global invisible, los laboratorios farmacéuticos han pasado a un plano de entes económicos que acumulan un poder desmedido por tener en sus manos el remedio mientras que la tragedia va castigando al mundo como Zeus con cada mujer que se atravesaba a su paso.
Con esa inquietud entre las manos pregunté al escritor francés Jacques Attali, en una entrevista reciente, si estas empresas eran las grandes jugadoras y ganadoras de la pandemia. Concediendo el poder que reúnen por ser los creadores y abastecedores de la vacuna, el autor cree que serán los Estados, en tanto organizadores de los sistemas de salud, los que se tornarán más autoritarios y acumularán más poder.
Sin embargo, alerta sobre otro protagonista que hoy por hoy tiene un papel global determinante y ya es el potencial vencedor de la pandemia: los consorcios informáticos conocidos con las siglas GAFA, por Google, Amazon, Facebook y Apple, porque cuentan con las tecnologías de salud, de prevención y de vigilancia policiaca.
Esta charla tuvo lugar antes del choque entre el entonces presidente estadunidense, Donald Trump, con las redes sociales por los resultados de la elección y la suspensión de sus cuentas, herramientas indispensables durante su gestión, por considerar esas empresas que el magnate difundía noticias falsas y hacía llamados al odio, opinión que compartieron en su conjuntos los medios masivos tradicionales, unidos al bloqueo.
Dividido hoy el planeta con el maniqueo esquema de los gobiernos que toman en serio la pandemia y los que no, las farmacéuticas prosiguen en su carrera por distribuir las vacunas, lo que deja a un jugador suelto, tomando decisiones a su antojo, aprovechando los vacíos legales en su calidad de ser los más nuevos en el vecindario: los GAFA. El caso Trump ya se esfumó pero tiene su versión región 4 en México, con un incomprensible pleito atizado por el Presidente y su corte contra Twitter.
@acvilleda