Epifanía-revelación
Qué esperamos de nosotros mismos? Imagino que frente a una taza de café, en medio de una lectura, lo menos que desea es tener un espejo inquisidor que nos cuestione; no vamos a buscar la perla en el Sahara, ni la ecuación vital para el futuro, esa montaña de incertidumbre que se mira a lo lejos.
Y es que el pedagogo Ken Robinson afirmó que hay demasiada gente que no se conecta con sus talentos naturales. Muchos vamos dando tumbos, sin encontrar una revelación, la bomba atómica que nos mueva a encaminar la energía para descubrir nuestras habilidades, vocación y pasiones personales.
Si no bastaran los males que nos aquejan, el Sistema Educativo no ayuda mucho a descubrir esos talentos en los estudiantes y, para colmo, aún hay un sector magisterial que continúa con procesos, a los que Pablo Freire llamó educación bancaria, no llegan a conectar con los gustos de sus discípulos para desarrollar su potencial o guiarlos como un faro a encontrar el camino para que afirmen, contundentes, “lo entiendo, me encanta, lo quiero”.
La vida no es lineal; para sobrevivir al error hay que enfrentarlo. Muchas veces la creatividad, la imaginación, lo sensible, se desdeña para darle más fuerza al pensamiento lógico. ¿En nuestro cerebro no conviven hemisferios? Hay padres que se preocupan porque sus hijos no tienen buenas notas en la escuela y los presionan demasiado, sin analizar la causa.
Tal vez una desmotivación o su ritmo de aprendizaje no es el del grupo, o sus habilidades se encuentran en otro interés, como el caso de la bailarina y coreógrafa Gillian Lynne, famosa por su genialidad en los musicales de “Cats” y “El Fantasma de la Ópera”.
En su infancia era muy inquieta y sus padres recibieron muchas quejas sobre su comportamiento en clase y su falta de atención; después de varias pruebas con un psicólogo, dejaron a Gillian con la música y ella comenzó a moverse por todo el espacio, reconocieron su habilidad y sugirió que la inscribieran en una academia de danza, así fue mejorando en sus estudios y encontró la epifanía, revelación, el leitmotiv de su existencia.
Es momento de abrir la jaula a los pensamientos que paralizan; vamos a crear ambientes para un desarrollo armónico equilibrado. Es tiempo de alentar la pasión y conmover el espíritu. Carpe diem. Lo’ _