El Oporto da la sorpresa y deja en la cuneta a la Juventus

La Juventus no tuvo precisamente una noche de gloria en su feudo de Turín, donde puso más corazón que cabeza y solo se metió realmente en el partido después del descanso. Desde luego, Cristiano Ronaldo apenas estuvo acertado, como en los tiempos en que se le atragantaba el club portugués cuando jugaba en el Sporting de Lisboa.





Igualar el 2-1 de la ida puso el envite al rojo vivo y saltaron chispas en la prórroga cuando un testarazo de Rabiot sucedió al tanto de libre directo con el que Sergio Oliveira desató la euforia blanquiazul.


El valor doble de los goles fuera de casa terminó por clasificar a este inesperado Oporto, que se cuela en el sorteo de Cuartos con la vitola de ‘matagigantes’, aunque más de uno piense que es la ‘cenicienta’.


Se había reservado CR7 durante el último choque liguero con la Lazio, pero la supuesta frescura se topó con el hecho de sentirse trabado por la estrategia de contención que dispuso Sergio Conceiçao, un entrenador que cada vez sigue más los postulados del mismísimo Simeone.


Los italianos se abonaron al sufrimiento en el histórico Delle Alpi, con un Federico Chiesa erigido en goleador de una velada tan inhóspita como todas las de Champions sin público en la grada, pero con la emoción en primer plano y, sobre todo, un nada desdeñable botín de 10 millones y medio de euros como recompensa por pasar a los Cuartos de Final.


Cada vez que tocaba el balón el delantero italiano cedido por la Fiorentina, la sensación de peligro sobrevolaba el área y así fue que logró darle la vuelta a un marcador adverso desde los primeros compases del encuentro gracias a un penalti que alentó las esperanzas de los portugueses y les hizo creer que el ‘milagro’ era posible.


Chiesa se multiplicó hasta el extremo de asumir un papel doble: suplir la escasa fortuna no solo de Ronaldo sino también de Morata. Lo hizo sin que le temblara el pulso, mientras el cinco veces ganador del Balón de Oro solo conseguía lamentarse y evidenciar su perfil más frustrante.


A medida que transcurrían los minutos, el dominio de la Juve se hacía más y más abrumador. Fue ahí cuando entró en acción la solidez defensiva de este Oporto que marcha segundo en la Liga portuguesa (a 10 puntos del Sporting) y que, con todo, sorprendió firmando una buena fase clasificatoria en la máxima competición continental.


Ahora todas las expectativas se han visto superadas y los portuenses van sumando y sin hacer ruido, mientras Cristiano Ronaldo casi no podía ocultar su decepción.