El terremoto político sacude de nuevo la sede de Ciudadanos
El acuerdo filtrado por el PP con tres diputados autonómicos de Ciudadanos (Cs) en la Región de Murcia para que fracase la moción de censura tambalea los cimientos de la estrategia de Inés Arrimadas. Si se confirma la espantada de la mitad de su grupo parlamentario en esta comunidad autónoma, la alianza con el PSOE para desbancar a los populares por la vacunación irregular de Covid-19 y un caso de presunta corrupción en el Ayuntamiento de Murcia le saldrá caro a Cs.
En una semana, si finalmente fracasa la moción de censura en la Región de Murcia, Cs perderá dos de sus cuatro gobiernos autonómicos. Un golpe sin paliativos que merma el poder territorial de Cs, punta de lanza del partido desde que perdió en el Congreso 47 diputados en 2019.
Desde la dirección nacional de Cs se guarda silencio, pero en privado se admite que el PP está intentando «comprar» a sus diputados. Todos ellos, este mismo martes, firmaron la moción de censura contra el PP para que Ana Martínez Vidal, de Cs, fuese la presidenta de un ejecutivo en coalición con el PSOE. No obstante, este diario ya publicó ayer en exclusiva que había dudas en los diputados de Cs.
Según fuentes regionales de Cs, Isabel Franco, que perdía su vicepresidencia en la operación y veía cómo su compañera se alzaba con la presidencia, y Francisco Álvarez estaban dispuestos a votar en contra si tenían garantizado el fracaso de la moción. Por ello, se lanzaron a convencer junto al PP a Valle Miguélez, de la rama más derechista de Cs, para que se uniese a ellos. Y eso parece ser lo que ha pasado, según confirman fuentes de Génova, informa Mariano Calleja.
Franco este martes desmintió en Twitter una noticia que decía que ella no había firmado la moción de censura y presumió de haber respaldado la iniciativa. Hoy ha borrado ese tuit y en menos de una hora comparecerá en rueda de prensa junto al actual presidente de la Región de Murcia, el popular Fernando López Miras, previsiblemente para anunciar un acuerdo.
En la dirección de Cs hay estupor y lanzan acusaciones de «compra» de voluntades y de transfuguismo. La que iba a ser presidenta del Gobierno regional si triunfaba la moción, Martínez Vidal, ha apuntado en Twitter que el martes el grupo parlamentario de Cs decidió unánimemente presentar una moción de censura por «la corrupción del PP». «Estamos asistiendo a un ataque e intento de compra y corrupción de un PP más viejo que nunca. Ánimo y confianza en nuestro equipo», ha sentenciado.
El portavoz de Cs en Murcia, Juan José Molina, también ha negado, en la Cadena Ser, que exista un acuerdo entre el PP y diputados tránsfugas de Cs. Pero Génova mantiene que el acuerdo está cerrado y la rueda de prensa conjunta entre López Miras y Franco parece indicar que es cierto.
Franco, más próxima al centro-izquierda, decía en la campaña electoral del 26 de mayo del 2019, en la que fue candidata de Cs tras ganar unas primarias que están investigadas en los juzgados por presuntas irregularidades, que había que acabar «con 24 años de gobiernos del PP en la comunidad». Después, tras la estrategia de pactos trazada por Albert Rivera para toda España terminó de vicepresidenta de López Miras y ahora, cuando peligraba su puesto, parece que ha vuelto a aliarse con él.
Pero más allá de la polémica, si se confirma el fracaso de la moción de censura el liderazgo de Arrimadas quedará más en entredicho que nunca. Los críticos de Cs ya cuestionaban el paso de Murcia y criticaban la falta de cálculo de las consecuencias que podía suponer en la Comunidad de Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso ya ha convocado elecciones anticipadas.
También queda tocado el rol de Carlos Cuadrado, en el centro de las críticas desde hace meses, al ser el único miembro de la ejecutiva nacional que se desplazó a la Región de Murcia para liderar las negociaciones entre la delegación murciana de Cs y el PSOE regional. El segundo terremoto de la semana en Murcia tiene réplica, de nuevo, en la sede nacional de Cs, en la madrileña calle de Alcalá.